Hábitos garrapiñados

Habitos garrapiñados

Si hay un comportamiento humano que merezca más atención por su contribución decisiva a la configuración del perfil idiosincrático de su poseedor y por tanto a sus posibilidades vitales de actuar y progresar, ese sin duda es el de los hábitos, incuestionablemente la principal herramienta para el desarrollo personal y quien esto lo dude… mejor que se los haga mirar.

El filósofo griego Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.) así ya lo venía a considerar… Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto sino un hábito. De esto podemos colegir que el trazado de nuestro camino hacia el destino de la excelencia es cosa de hábitos, tal y como lo confirma el escritor inglés Charles Reade (1814-1884) cuando se apresta a afirmar… Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino. En definitiva y resumidamente… La vida no es más que un tejido de hábitos, según el escritor suizo Henry F. Amiel (1821-1881) nos lo llega a precisar.

Si aceptamos el hábito como la repetición constante de un acto que lo lleva a convertirse en costumbre y por tanto a automatizar, entonces estaremos de acuerdo con la conveniencia de incorporar hábitos positivos a nuestra vida que ejerzan de mudos y mecánicos motores de nuestro actuar. El historiador romano Tito Livio (59 a. C.-17 a. C.) ya lo advierte al proclamar… Cualquier esfuerzo resulta ligero con el hábito, atinado aforismo que de otro modo pero con la misma intencionalidad nos lega el poeta latino Ovidio (43 a. C.-17 d. C.) al manifestar… Nada hay más fuerte que el hábito.

Una de las características más definitorias de los hábitos es que no son innatos sino que su adquisición en el tiempo se tiene que ganar, por lo que no es posible eludir ni aun queriendo nuestra responsabilidad. Una vez más, Aristóteles nos lo significa al asegurar que… Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia, sino absoluta, si bien habrá que saber elegir adecuadamente entre tales o cuales pues como asevera el escritor francés Gustave Flaubert (1821-1880) el paso del tiempo los suele desvirtuar… Cuando llegamos a viejos los pequeños hábitos se vuelven grandes tiranías. La solución a ello nos la aporta concisamente el ensayista estadounidense Elbert Hubbard (1856-1915) al sentenciar… Cultiva sólo aquellos hábitos que quisieras que dominaran tu vida.

Por tanto, siendo muy cierto que no todos los hábitos adquiridos son siempre los más convenientes, en muchas ocasiones se impondrá decidir su modificación o su eliminación, dilema sobre el que el escritor hispanolatino Quintiliano (35 d. C.-95 d. C.) quiso opinar… Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos, pues ciertamente no solemos ser conscientes de su fuerte arraigo según el educador estadounidense Horace Mann (1796-1859) nos quiere explicar… El hábito es como un cable; nos vamos enredando en él cada día hasta que no nos podemos desatar o de la misma forma gráfica el escritor inglés Samuel Johnson (1709-1784) al afirmar… Las cadenas del hábito son generalmente demasiado débiles para que las sintamos, hasta que son demasiado fuertes para que las podamos romper.

Por consiguiente, aceptando la mayor conveniencia de la eliminación frente a la modificación, la mejor solución para suprimir los malos hábitos nos la ofrece el escritor estadounidense Mark Twain (1835-1910) al apostillar… Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.

Que los hábitos son cuestión principal y a nuestra vida están garrapiñados es tan cierto como lo es el sentido de la esclarecedora pregunta que desencantadamente se formula el poeta libanés Khalil Gibran (1883-1931)… ¿Dónde puedo encontrar un hombre gobernado por la razón y no por los deseos y los hábitos…?

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

El falso mito de la… “Fuerza de Voluntad”

Maratón de Valencia

Recientemente se ha celebrado una nueva edición del Maratón Popular de Valencia. La mayoría de los animosos espectadores congregados en la línea de meta manifestaban su admiración por la fuerza de voluntad de los participantes que la cruzaban, aunque estos ciertamente saben que la clave de su éxito es otra, tanto sea para correr los míticos 42,195 km. como para cualquier tarea exigente que en su vida se propongan alcanzar.

Llevo treinta y siete años practicando deporte a diario y ya hace algunos que rebasé los 75.000 Kilómetros… re-corridos. Es indudable que ni yo ni nadie puede sostener el peso de una tarea en el tiempo que requiera de un esfuerzo continuado durante decenios a base de Fuerza de Voluntad pues esta, a semejanza del arco, solo aprovecha para dar el impulso a la flecha pero no para mantener su velocidad.

No nos equivoquemos: la Fuerza de Voluntad sirve para comenzar pero no para continuar y en esta vida no triunfa el que mucho inicia sino el que todo o casi todo logra terminar. Finalizar lo principiado no es cosa de mayor o menor voluntad sino fundamentalmente de capacidad de Perseverancia, sin duda esa gran competencia oscura y silente que es ya probado se encuentra en la clave de la explicación de todo éxito que merezca la pena intentar.

La Perseverancia, ejemplificando, es lo que nos permite mantener el pie en el acelerador de nuestro vehículo para que este, tras el arranque, no se detenga. Y mantener el pie en el acelerador será siempre menos esforzado que andar soltándolo y presionándolo constantemente. Tan es así que, lo que aceptablemente soportamos después de dos horas de conducción por carretera, nos agota rápidamente de acontecer en ciudad.

Entonces, dado el significativo valor de la Perseverancia en nuestra vida… ¿cómo la podríamos mejorar? Pues desde luego no solo con proponérselo. La Perseverancia es una entelequia, por lo que no es posible mejorarla en si misma sino solo en su aplicabilidad, es decir, en aquellas situaciones que precisan de ella. Siendo entonces esto así… ¿cuál puede ser la herramienta que nos pueda permitir ser constantes en cada actividad diferente sin sentir el agotador peso del esfuerzo continuado? Pues indudablemente… los Hábitos, la más efectiva palanca de transmisión de la Perseverancia al ser particularizables en función de los requerimientos de cada situación o tarea y además no necesitan de Fuerza de Voluntad ya que, una vez instalados en la costumbre, automatizan nuestro actuar.

En mis años de dedicación profesional como Business Coach, puedo asegurar que no he encontrado una fórmula de entrenamiento proactivo para mis clientes más eficiente que la que incluye la incorporación de Hábitos como grandes catalizadores de los procesos de cambio hacia la mejora personal. Hay quienes equivocadamente todavía consideran que el cambio es una cuestión básicamente de Fuerza de Voluntad, cuando realmente lo es de Perseverancia instrumentalizada en Hábitos, ya que es bien probado que nunca cambiaremos por impulsos sino por lograr garantizar el mantenimiento de los mismos sin cejar.

Quienes el domingo pasado finalizaron el Maratón de Valencia lo consiguieron por haber incorporado, meses o años atrás, el Hábito de correr casi todos los días. Afortunadamente yo también cuento con ese Hábito y pese a ser consciente del esfuerzo que ahora mismo me espera, a estas horas ya estoy deseando salir a entrenar…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

Los 7+1 Hábitos de Covey

7 habitos de Covey1

Stephen R. Covey es uno de esos idolatrados personajes que tanto predicamento tienen en USA pues se dedican a “facilitar” el éxito a la gente, sin duda el primer mandamiento que a todo estadounidense le enseñan al nacer.

Como él, solo unos pocos han logrado tener presencia en los lugares de honor de las estanterías de las librerías de medio mundo, convirtiéndose en escritores récord en ventas y superando incluso a las estrellas más “bestsellerizadas” de la narrativa internacional. Es evidente que los tiempos cambian y el pragmatismo vital parece haber vencido al decimonónico concepto del Romanticismo, entendido este como el desprecio a la siempre cruda realidad en favor de una vida no materialista dedicada al espíritu, el arte y la belleza.

No obstante Covey, con ser hijo de su patria y de su tiempo, es uno de los pocos autores americanos que, alejado del estereotipo tan frecuente del tele-predicador “flower-power”, podemos leer sin sospechas de superficialidad ”yankee” en la mayoría de sus reflexiones.

De todas, sin duda su principal aportación a la explicación de los mecanismos que rigen el que podríamos definir como comportamiento práctico para desenvolverse exitosamente en la sociedad del siglo XXI, es la contenida en sus libros “Los 7 Hábitos de la gente altamente efectiva” y “El 8º Hábito”. Obras (sobre todo la primera) que van más allá de la mera fabulación, anclándose en investigaciones y estudios académicos que prestigian sus reveladoras conclusiones sobre el autoliderazgo.

Según el autor, “Los 7 Hábitos de la gente altamente efectiva” son:

1º- Sea proactivo: Actúe o los demás lo harán por usted.

2º- Comience con un fin en su mente: Busque sus destinos identificando su misión personal.

3º- Establezca primero lo primero: La vida es una cuestión de prioridad, no de tiempo.

4º- Pensar en ganar/ganar: El ganar/perder nunca ofrecerá continuidad, agotándose en sí mismo.

5º- Primero comprender y luego ser comprendido: Escuchar antes que hablar es la fórmula de la comunicación empática.

6º- Fomentar la sinergia: La cooperación creativa logra que, uno más uno sean tres.

7º- Afilar la sierra: Solo la mejora continua garantiza hacer lo mismo con menor esfuerzo.

“El 8º Hábito” nos habla de cómo interrelacionar adecuadamente el cuerpo, el corazón, la mente y el espíritu a partir de las necesidades, las pasiones, el talento y la consciencia.

Ni que decir tiene que las propuestas del Dr. Covey no son nuevas pues tampoco lo es el Hombre como tal, objeto de intensa reflexión filosófica a lo largo de los últimos milenios. Como todas, la riqueza de sus aportaciones se encuentra en la particular combinación que nos propone de actitudes y conductas ya conocidas y su adecuación a la tipología de sociedad actual.

Buscar respuestas absolutas a las preguntas absolutas que se plantea el Ser Humano siempre será un error por cuanto el conocimiento solo avanza cuando las preguntas nos quieren llevar a otras preguntas para conformar un largo camino, el de la sabiduría, cuyo final siempre será indeterminado.

Recomiendo positivamente la lectura de estas dos obras, aunque advierto que por más que busquemos nunca encontraremos en ellas (ni en ninguna otra más) esa soñada y constantemente anhelada “varita mágica” que nos resuelva sin esfuerzo el eterno problema de vivir felizmente nuestra propia vida… 

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

11… consejos para el 2011

  

     1        … OBJETIVO DESTACADO y principal cada día para focalizar tu interés en conseguir, al menos, eso que te has propuesto y consideras valioso para ti o los demás (si fallas poco, habrás conseguido terminar el año con casi 365 pequeños éxitos y te sorprenderás).

     2        … luminosas SONRISAS DIARIAS regaladas y sin importar a quien que, además de presentarte mejor ante los demás, contribuirán en todo momento a que tu carácter se pueda positivar.

     3        … días a la semana o más de restaurador EJERCICIO FÍSICO cardio-saludable, eligiendo la modalidad que mejor se ajuste a tus gustos y posibilidades, el lugar que menos inconvenientes te presente y los momentos más compatibles con tus obligaciones cotidianas, a fin de no abandonar.

     4       … reflexivas revisiones trimestrales de tus METAS ANUALES para comprobar su desarrollo y administrar, de ser necesario, las medidas correctoras que sean precisas para conseguir eso que te has propuesto y llena de motivador e ilusionante contenido tu próximo e irremplazable año por estrenar.

     5        … minutos diarios para PLANIFICAR LAS TAREAS principales del día siguiente, con objeto de priorizarlas y defenderlas de todas esas otras secundarias que siempre intentan colarse en tu tiempo, robándolo y desperdiciándolo hasta llegarte a frustrar.

     6        … afectuosas LLAMADAS TELEFÓNICAS cada mes a tus familiares y amigos para que “la falta de tiempo” no sea nunca más la justificación que te lleve a perder el contacto personal con aquellos a quienes no quieres dejar de apreciar.

     7        … días por semana ofreciendo BUEN HUMOR, a tu estilo pero respetando siempre la idiosincrasia de los demás.

     8       … es la hora que no conviene rebasar para FINALIZAR EL TRABAJO cada día, considerando que no por extender más el horario laboral serás más eficaz y que además, tú mismo o alguien seguro te lo agradecerá.

     9        … veces al día ESCUCHA EMPÁTICAMENTE a los demás, cediéndoles tu tiempo para que expresen serenamente sus ideas y comprendiendo estas en función de su situación personal.

  10        … minutos diarios al menos de LECTURA PLACENTERA en el soporte que prefieras, alejada de lo estrictamente profesional o lo meramente informativo, buscando el conocimiento sensorial y racional.

  11       … “GRACIAS” y “POR FAVOR” dichas antes de ponerse el sol, para no olvidar que de la buena educación  nace todo lo demás.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡El gran poder de la Costumbre y Dios!

Cuando era pequeño, en cierta ocasión mi padre me advirtió que el ser humano es un “animal de costumbres” y a mí me impresionó mucho más eso de que era un “animal”, que lo otro de las “costumbres”.

Ahora ya no me sorprendo de ello y asumo resignadamente mi/nuestra condición de animales, en muchas ocasiones no necesariamente racionales y por tanto equívocos. De aquí que lo que cada vez más me apasiona es el estudio sobre las leyes que marcan el intrincado comportamiento humano y quieren explicarlo con el mayor acierto. La Costumbre es una de ellas y en mi opinión, la más condicionante del actuar de las personas “humanas” (especifico lo de humanas pues considero que los otros animales también son “personas”, pues deberían tener todos los derechos y obligaciones que son acordes con la idiosincrasia de su especie).

La Costumbre se configura en las personas como el modo habitual de hacer las cosas de tal forma que su arraigo en ellas y en la sociedad es hasta considerado como fuente del Derecho (Consuetudinario), derivando en leyes y decretos de obligado cumplimiento. Por tanto no estamos ante un tema menor, sino de gran trascendencia en nuestra vida por cuanto nos condiciona, tácita o expresamente, en los actos que queremos practicar.

Cuando una costumbre se instala en nosotros o en la sociedad donde habitamos no hay quien la mueva, generando un mismo sentimiento de continuidad e inmovilismo que además suele ser incuestionable y que paraliza todo intento de cambio hacia la mejora.

El pasado Jueves Santo viaje a Cuenca para escuchar una “Pasión según San Mateo” que los prestigiosos King´s Consort interpretaban en la noche grande de la 49ª Semana de Música Religiosa de esa localidad. Hoy no hablaré de hasta dónde me elevé emocionalmente, otra vez más, frente a la que quizás pueda ser la obra más honda, sentida y humana de toda la historia de la música universal.

Finalizado el concierto, hacia las 0:30 h. ya del Viernes Santo, me dirigí presto al hotel para descansar lo que pudiese pues nunca había asistido a la procesión de “Las Turbas”, que comienza a las 5:30 h. de esa madrugada y me había sido insistentemente recomendada por tirios y troyanos.

“Las Turbas” es uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar sobre la irresistible fuerza de la Costumbre. Quien haya asistido a esta peculiar procesión ya sabrá que su singularidad parte de un hecho insólito y en cierta manera formalmente cuestionable: unos 2.000 nazarenos, caminando de espaldas, preceden la imagen del Cristo con la Cruz tocando un monocorde soniquete de tambor, soplando desacompasadamente cornetas desafinadas y profiriendo toda suerte de insultos y silbidos hacia el protagonista del cortejo, imitando lo que la historiografía cuenta que le ocurrió a Jesucristo en su camino del calvario.

Desde mi estupefacto asombro alejado de toda vinculación religiosa, no podía dar crédito a lo que veía y lo que es más, no acertaba a explicarme cual sería la verdadera postura del clero conquense ante tamaña demostración anual de “hooligansmanía” hebrea.

¿Cuál es la explicación?. Pues sí: la Costumbre, que ha convertido en tradición inquebrantable una procesión de tan dudoso gusto religioso pero generadora de juerga alcohólica juvenil y pingües beneficios económicos en forma de turismo primaveral a una localidad que no anda nunca sobrada de ellos.

Sin duda, es el gran poder de la Costumbre que ni Dios ha podido cambiar…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¿Por qué nos cepillamos los dientes…?

¿Por qué nos cepillamos los dientes todas las noches?

La primera respuesta que se me ocurre es porque se trata de un hábito adquirido y como tal funciona automáticamente.

Efectivamente, los habitos mecanizan muchas de nuestras tareas y facilitan su realización (acordaros de cuan facil es manejar un automóvil cuando ya se ha adquirido el hábito de la conducción). Por tanto, parece recomendable incorporar hábitos positivos a nuestra vida pues nos van a facilitar la realización eficiente de muchas tareas y actuaciones.

Dicho esto, tambien es cierto que la mayoria de nuestros propósitos de incorporación de aquellos hábitos que en la vida nos ayudan a mejorar, han terminado en fracaso. ¿Cual es la razón? En mi opinión, no es otra que la elección de un procedimiento equivocado para incorporar el hábito deseado.

Veamos, ¿cual fue el procedimiento que hizo que incorporásemos el hábito de cepillarnos los dientes todas las noches? Sin duda alguna la insistencia de nuestros padres noche tras noche. Y… ¿cual es el procedimiento que todos solemos seguir ahora para incorporar un nuevo hábito?: intentarlo un par de veces y dejarlo por imposible ante las primeras dificultades.

Por tanto, ¿por qué no aplicamos el mismo método que nos dio resultado en nuestra infancia y lo extendemos a todos nuestros nuevos empeños? Solo la persistencia consigue grabar en nuestra costumbre los hábitos que queremos incorporar a nuestras actuaciones y que nos ayudarán a ser mas eficientes en cualquier orden de la vida…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro