“Soñé un sueño”

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Hace muchos años que dejé de acudir con regularidad a las salas de cine. Tras décadas de convencida militancia cinéfila perdí mi interés por un arte que cada vez lo viene siendo menos, orientándome hacia otro que todavía lo es y con esfuerzo resiste los embates del mercantilismo más descerebrado y voraz: la Música.

Mis habituales visitas a los entrañables cines de antaño fueron sustituyéndose paulatinamente por las actuales a las salas de conciertos y teatros de ópera de todo el mundo, encontrando allí la profunda emoción que las películas de hoy ya no me ofrecen.

Con menor frecuencia y aprovechando mis viajes acudo a presenciar algún teatro musical, quedando en mi retina grabado de por vida aquel fantástico “Los Miserables” protagonizado por Pedro Ruy-Blas y que abrió definitivamente en 1992 este género para la “broadwayana” Gran Vía madrileña.

El reciente estreno de la última versión cinematográfica de la magistral adaptación musical que Schönberg/Boubil/Natel crearon de la inmortal obra de Victor Hugo me animó a comprar una entrada, con la esperanza de reencontrarme con mi pasión perdida y que quizás podría ser facilitada por la felizmente encontrada.

Sin la pretensión de escribir una crítica de esta notable (que no sobresaliente) película que cada cual deberá valorar, no puedo resistirme a destacar vivamente unos gloriosos 4:39 segundos rodados en un primer plano sobrecogedor y que solos ya la justifican. Se deben a Anne Hathaway/Fantine cantando descarnada y arrebatadora el “I dreamed a dream” (Soñé un sueño), sin duda la más emocionante interpretación cinematográfica que he visto en muchísimos años y que sin más la define como una actriz portentosa y descomunal que ya tiene reservado su lugar de privilegio en la historia del cine universal.

Para saber de lo que hablo (no incluyo el video original de la secuencia por respeto a la propiedad intelectual), solo bastaría compararla con la versión de la televisiva Susan Boyle y así entender la diferencia entre una gran voz y una gran actriz, entre la emoción de una canción muy bien cantada y la pasión de una canción desbordantemente interpretada.

I dreamed a dream” habla de los sueños de juventud rotos, de cómo entonces “se usaban y se desperdiciaban” pues “no había rescates que pagar”. “Soñé un sueño” no es una oda a la resignación sino a la decepción de los “sueños que no pueden ser” y de esos “temporales que no podemos capear” y que para nuestro bien, en la vida también deberemos saber aceptar.

Fantine en Los Miserables soñó un sueño que se le murió y mi corazón todavía se encoge arrebolado al recordarla y sentir que los míos todavía viven y miran al sol…

Saludos de Antonio J. Alonso

Re-flexiones… 494

“Para llevar a cabo grandes empresas hay que vivir convencidos, no de que somos longevos, sino inmortales”

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Henry John Kaiser