Saber idiomas pronto no será una necesidad

Sin dudar, lo práctico sería que el mundo se comunicase en un solo idioma para no tener que perder tiempo y dinero en costosos aprendizajes que nunca llegan a ser del todo una realidad. No obstante, es evidente que esto es una entelequia pues ningún pueblo está dispuesto a renunciar a su lengua por la razón de que forma parte de su tradición y acervo cultural. Pero la solución definitiva a esta milenaria situación está muy próxima a llegar.

Parece que ya vienen siendo operativos los sistemas electrónicos de traducción simultánea autónoma que, acoplados en el oído, permiten llegar a entender las palabras de nuestro interlocutor con un desfase (ahora de unos dos segundos) que pronto se minimizará y una calidad de transcripción que también pronto llegará a ser literal. Para los que quieran alardear de saber idiomas es una mala noticia, al igual que lo fue hace décadas la aparición de la calculadora electrónica para quienes se vanagloriaban de calcular velozmente operaciones de cabeza o a lo sumo con lápiz, papel y sin más. Siempre he pensado que saber idiomas no es más que una obligada necesidad y la prueba está en la baja proporción de angloparlantes que estudian otro idioma con la pretensión de llegarlo a hablar.

No nos equivoquemos: pronto el saber no estará en el conocer sino en el pensar. El concepto renacentista de la sabiduría que ha imperado hasta nuestros días ya no tiene sentido ante la imparable irrupción de los sistemas electrónicos de almacenamiento y gestión de datos, herramientas que puestas a nuestro servicio nos liberan de esa histórica obligación de convertir nuestra cabeza en una sucursal de la biblioteca nacional. Por ello, la educación deberá transitar hacia modelos en los que memorizar pierda protagonismo para ganarlo los procesos de razonamiento y de interpretación de una realidad que, ya en la vida de la próxima generación, presentará cambios tan desconocidamente acelerados que solo las mentes ágiles los podrán soportar sin riesgo de explotar. Por desgracia esta verdad aun no es percibida por quien debe legislar y mucho me temo que dentro de diez años los niños seguirán aprendiéndose las tablas de multiplicar y para opositar a Juez, Notario, Registrador o Fiscal todavía habrá que empollar textos en lugar de demostrar capacidad para analizar, reflexionar y gestionar.

Antes de lo que podamos imaginar, entre los requerimientos habituales de los anuncios de empleo, ya no aparecerán los idiomas como factor imprescindible y diferencial, sino que se precisará la experiencia en el ágil manejo del auto-traductor simultáneo para desesperación de tantas academias cuyo futuro lo veo yo como servicio oficial de venta y reparación de esos mismos dispositivos que les robaron los alumnos en un plis plas

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

6 respuestas a «Saber idiomas pronto no será una necesidad»

  1. Respecto tu opinión pero totalmente en desacuerdo. Para conocer una población y una cultura se necesita conocer su idioma. El traductor simultáneo permitirá simplemente comunicarse.

    1. Susana, gracias por tu comentario.

      En mi opinión, el idioma es una parte de la cultura de un pueblo pero no la única. De serlo así, los que desconocemos el ruso estaríamos condenados a no poder valorar las aportaciones de esa cultura a la Historia Universal. Sigo pensando que… “la educación deberá transitar hacia modelos en los que memorizar pierda protagonismo para ganarlo los procesos de razonamiento y de interpretación de la realidad”…

  2. En pocos años tampoco será necesario saber conducir porque dispondremos de coches autopilotados. Startups tecnológicas e incluso alguna de las empresas consolidadas del automóvil ya están trabajando en sus prototipos. Además pasaremos de ser propietarios de un activo (compra, seguro, taller, combustible, impuesto, ITV, aparcamiento, contaminación,…) a ser usuarios de un servicio (una cuota mensual) con control online.

    Educación: los homo sapiens amamos hacer preguntas y encontrar respuestas… hasta que nos convierten en alumnos en los centros de enseñanza (heteronomía en torno al qué, el cuándo, el dónde, el cómo, el con quien, a que ritmo, etc. ser enseñado, con técnicas zoológicas). Existen centros (de aprendizaje, no enseñanza) en los que los chavales no se toman vacaciones, no hacen bullying,… Hay opciones más adecuadas para nuestra singular especie. Mirad: alternativestoschool.com

  3. Si la clave del éxito en el futuro va a consistir en querer y saber pensar, estoy muy pesimista en cuanto al éxito de las generaciones futuras. A la gente, cada vez le gusta menos pensar y hasta a las universidades, no les gusta que los estudiantes piensen mucho. De las religiones, ni hablo.

    Y si eliminamos de nuestro cerebro la utilidad de memorizar informaciones porque las podemos encontrar fuera, auguro que – la función creando el órgano – el cerebro del Homos Sapiens irá menguando.

    A ver si tendrá razón Yuval Noah Harari cuando predice, en su libro SAPIENS, que Homo Sapiens tendrá sustituto en unos mil años. ¿Cuál será el siguiente Homo?

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.