Las dos mochilas de George Clooney

La mochila de George Clooney

Este artículo es políticamente incorrecto y reconozco avergonzadamente no haber tenido el valor de escribirlo antes de descubrir y poder contar con el cinematográfico aval de George Clooney, tras el que aquí (algo ventajistamente) me vengo a escudar. En esta vida, lo mismo pero manifestado por personas diferentes es valorado de forma muy distinta por los demás, lo cual no es nada justo aunque hace tiempo que soy consciente de que, por ahora, esto es lo que hay.

En Up in the Air, George Clooney interpreta (afortunadamente algo más contenido de lo habitual) a Ryan Bringhman, un peculiar personaje cuya dedicación laboral es la de viajar incesantemente por todo su país (USA) comunicando (eso sí, de manera muy profesional) despidos empresariales en las compañías que le vienen a contratar. Pese a ello, el tipo cae bien al espectador pues demuestra a lo largo de toda la película que, aun de forma quizás excesivamente aséptica, su honesto interés se centra en causar el mínimo dolor a los afectados ante una penosa situación que no ha sido decidida por él pero que tiene que implementar.

Además, aprovechando su incansable peregrinar aereo, Bringhman/Clooney se dedica en sus ratos libres a impartir conferencias sobre motivación (¡vaya paradoja!) por todo el país, una de las cuales se nos presenta en el filme y constituye el motivo argumental de este artículo. La escena (ver aquí) dura algo más de tres minutos y se divide en dos partes bien diferenciadas (cada una referida al dispar contenido de una mochila) e intencionadamente separadas por el plano de un avión aterrizando, en clara alusión metafórica a la movilidad como vehículo de avance personal.

La primera parte es la que sin duda suscribiría cualquier manual de autoayuda de esos que inundan las estanterias de la FNAC, en donde se postula la conveniencia de aligerar de bienes materiales el peso de nuestra metafórica mochila existencial para así caminar más ligero por nuestro trayecto vital. Nadie, en su sano juicio, podría negar que la carga de pertenecías físicas lastra la vida, ejerciendo de hipotecante limitador de las posibilidades de libre elección en cada momento y por tanto, de absoluto condicionador del desarrollo personal. Hasta aquí, lo políticamente correcto y que nadie osaria cuestionar.

La segunda parte es más comprometida y valiente, pues mantiene la descriptiva alegoría de la mochila repleta y cargada sobre nuestros hombros, pero cambia el contenido llenándola esta vez de personas en lugar de cosas, para así llegar finalmente a la misma conclusión precedente: la dificultad de moverse y progresar.

El análisis y la valoración correspondiente a lo relacionado con esta segunda mochila recomiendo realizarlo prescindiendo de la alocución final de nuestro personaje (cuando menciona a los cisnes y a los tiburones), pues constituye un ejemplo comparativo propio quizás de un tipo de cultura diferente a la nuestra y que traslada un juicio de valor excesivamente singular y quizás poco afortunado, que puede confundir y desnaturalizar lo esencial del mensaje inicial.

Por tanto, igualar como constitutivo de carga vital a las cosas y a las personas llegando a la conclusión de que ambos pueden materializarse en frenos de nuestra vida es una inusual declaración de principios, posiblemente compartida por muchos pero seguramente silenciada también por aquellos que la acepten más en privado que en público, condicionados sin duda por su evidente e incómodo componente de incorrección social.

Sinceramente, ¿alguien sería capaz de proclamar convencida, pública y desvergonzadamente que, al igual que nuestros bienes materiales, nuestras relaciones personales pueden llegar a ser motivo de carga vital? George Clooney en Up in the Air si… y sin ser objeto de condena popular.

¿Y si esta también fuera mi opinión personal…?

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

27 respuestas a «Las dos mochilas de George Clooney»

  1. Amigo Antonio: Explorar lo políticamente incorrecto es intentar vaciar una mochila muy pesada que frecuentemente nos paraliza. Te mueves..

    1. Pedro, gracias por tu comentario y saludos de nuevo.

      Es muy posible que una forma de aligerar nuestras mochilas vitales sea la de no asumir nada por dado, aun a riesgo de no contentar a todos…

  2. Hola Antonio,

    me gusta leer tu blog. En relación al tema que planteas, creo que lo mejor es llevar una mochila con cierta carga y espacio libre. Me sorpende al leer los comentarios que nadie se plantea que en la medida que lleves la mochila cargada (hasta cierto límite), tu capacidad aumenta. La posibilidad de liberar espacio en la misma tampoco es una opción a descartar…¿no?

    Saludos

    1. Antonio, tu comentario (que aquí te agradezco sinceramente) me recuerda una practica muy común entre los que hacemos largos viajes en motocicleta y es el nunca llevar las maletas llenas para darle oportunidad a lo nuevo que puedas cargar…

  3. Buenas tardes Antonio,

    No he leído los comentarios de los demás. Pero nuestras relaciones frenan a veces nuestro avance, ya que al vivi en sociedad y en comunidad, no podemos desvincularnos de ellas. Aunque, entiendo perfectamente el espíritu y lo defiendo.

    1. Pedro, eso mismo opino yo aunque no sea común el manifestarlo. No obstante, con ello no propongo el autismo social sino el equilibrio relacional que toda persona debe saber encontrar en función de su idiosincrasia.

      Gracias por tu comentario…

  4. Me encanta la película la he visto un par o tres de veces y cada vez me sorprende el tema de la mochila. Se me ocurre una reflexión (continuando con la metáfora): En función del camino que quieras emprender la mochila debe estar mas o menos cargada, para un largo viaje necesitas muchas cosas, para uno corto, no. Con la mochila descargada igual no te compensa hacer el largo viaje dado que lo que pones en la mochila te motiva a seguir avanzando. Y que conste que cuando revisas lo que llevas dentro piensas: cuantas cosas!!! En la película también esta la escena del primer viaje con su nueva compañera en la empresa y como le “vacía” la maleta de cargas superficiales: los que habéis la película sabéis que termina haciendo esa chica…

    1. Antoni, gracias por tu comentario que descubre en la película la relación entre la mochila vacia de George Clooney y la maleta que le vacia a Anna Kenndrick, en un acto de coherencia de principios más allá del discutible y abierto final…

  5. Coincido con Antonio Garcia estoy tratando de ser optimista volviendo a cargar la mochila y seguir en busca de empleo.
    No hace mucho vi este film y casi al final en una conferencia de motivación sale sin acabar para ir a casa de su supuesta novia viajera para compartir con ella su supuesta mochila cargarla de amor pero al llegar a su casa ella esta casada con hijos!! Oh dios mio él se queda sin palabras y tendrá que volver a cargar su mochila aunque esta vez un poco mas ligera para seguir caminando con o menos carga sin una persona mas en que él confiaba. Asé es la vida a veces ganas y a veces pierdes pero no hay que perder ninguna mochila.

    1. Montse, gracias por tu comentario que trata de esclarecer el final de la película. Final que se presta a múltiples interpretaciones, entre las que se encuentra el que el protagonista no necesariamente se arrepiente de las palabras mencionadas en la primera conferencia…

  6. Estimado ,Alonso : Excelente artículo ante un tema de actualidad permanente……Es indudable que nadie, en estos tiempos, puede evitar cargar los 2 mochilas, es la decisión personal de cada uno de nosotros cómo lidiar con esto, cómo sobrellevar este desafío con equilibrio y justicia para ambas partes; pero igual al final del camino una de las dos te pasa la cuenta………..Sintonizar es una cosa……Armonizarla con tus creencias, valores y consecuencias…algo muy distinto…………Gracias y suerte

    1. Interesantes reflexiones (de total actualidad)
      No cabe duda,las dos mochilas, han condicionado nuestras decisiones, a lo largo de nuestra vida personal y profesional.
      Recomiendo la película a los que no la hayáis visto,
      Carmen

  7. Hola J. Antonio

    Como siempre, me encanta leerte

    Inicialmente lo que mas a captado mi atención, ha sido la idea inicia,l en la que destacas la importancia que da esta sociedad a “quien” dice las cosas, por encima incluso, de lo “que” se quiere decir…cada vez lo veo mas.

    En cuanto a las mochilas, discrepo de Clooney solo, en la reflexion final, SI somos cisnes…y tiburones, caracoles, águilas, conejos, tortugas…(El se referia quizas a un publico muy concreto…no he visto la película).

    Pero, analizado en general, cada uno debemos decidir (de forma coherente), cuantas mochilas llevar (yo optaría solo por una), que ponemos en nuestra mochila (incluso si preferimos usar maleta rígida)…para finalmente elegir, cual será el destino final de nuestro viaje, y el itinerario previsto.

    Por supuesto, el destino, también se encargara de animar el viaje, con retrasos, vuelos anulados, huelgas, excesos de equipaje…Por lo que al igual que Antonio, siempre dejo sitio en los bolsillos de mi mochila, para llevar muy a mano, varias dosis de optimismo.

    1. Kino, gracias por tu comentario y tu fidelidad lectora de mi Blog. Coincido contigo en eso de que cualquier mochila vital debe reservar un espacio para el optimismo, al que debe seguir siempre la proactividad…

  8. Para mi la vida es lo que llevas en la mochila y que equivocado está Clooney que limita la vida al avanzar. No cabe duda que la falta de Inteligencia Emocional te hará más pesada la carga, pero el uso de ésta hará que disfrutes de una gran mochila llena de gentes que te alegrarán el camino, aunque no avances mucho.

  9. Yo tampoco me refería a ti 😉 De todas formas (y no quiero destripar el final de la película) creo que el personaje que interpreta George Clooney ya se da cuenta él solito.
    Buenas noches

  10. Casualmente he visto la película en esta fria tarde de noviembre. Para mi la clave no es qué opinarán los demás si alguien decide vivir sin “mochilas” materiales y humanas. Allá cada uno. Mi pregunta más bien sería: ¿estás dispuesto a pagar el precio que supone vivir sin mochila de personas? Y ¿Porqué eliges personas que ves como mochilas y no aquellas que te dan alas? Personas que te quieran, te respeten y te apoyen en tus sueños. La mochila más terrible de soportar para mi sería la de vivir sin ellos.
    Un saludo, Ana

  11. Esa declaración sin haberse hecho muchas personas la ejercen: aquellos deshonestos y avariciosos que sin importarle sus relaciones personales actúan de forma egoísta y arrastran a sus seres queridos en su delito.
    No me sorprende, es una declaración tácita y muy vista últimamente (políticos, miembros de la familia real, empresarios, etc). Felicitaciones por el artículo.

  12. La película. UP IN THE AIR después de verla la primera vez me trajo recuerdos de cuando era un ejecutivo mas menos agresivo de multinacional americana que tenia que viajar muy a menudo , yo,al igual que el protagonista. Tenia todas las tarjetas posibles para canjear. Puntos etc…., era obvio que tenia un trabajo difícil peo no me Jor o peor que el que teníamos los demás…
    La he vuelto a ver y ahora soy un parado .., ERE-MITA…..2009…, y lo que me impresiono es el dolor de cuando te despiden. , y la frialdad con lo que lo hacen ,
    Y también al final cuando muchos descubren que su despido fue un cambio de aire y futuro. , yo ahora estoy atravesando por ese largo y tortuoso camino de volver a empezar , cargando mi mochila. De optimismo …..
    Conclusión para mi fue un muy interesante película , no dejo de comentar que en nuestro camino profesional hay que saber llevar la mochila con las cosas y los temas imprescindibles?…
    Saludos a todos…

  13. Te masacrarían Antonio, estarías al margen de tu círculo más proximo, tanto laboral como social, no lo dudes.
    Por eso, en nuestra sociedad seguimos muy a pies juntillas aquello de: “no digas lo que piensas y piensa lo que dices”.

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