La razón de mi “Marathon-15%”

Trazar caminos

Quizás la lección más importante que aprenden los niños en sus primeros años de vida pueda venir relacionada con la imposibilidad de tener todo lo que quieren y por el solo hecho de desearlo.

Los deseos, aunque predisponen, nunca aseguran las obtenciones pues estas cuestan mientras son gratuitos aquellos. El nacimiento nos inaugura una vida que parte su camino desde la consideración del propio yo como único valor universal. Satisfacer automáticamente todas sus necesidades es el objetivo instintivo del bebé, quien desconoce todavía las reglas que su vida en sociedad le obligará a adoptar. El transito que le lleva desde los primeros meses de vida como capitán general de su familia descendiendo galones hasta su juventud como soldado de una colectividad, es el que le define uno de los preceptos más importantes para manejarse en la vida: la transacción.

La transacción es consustancial con nuestra existencia pues habitamos un mundo de escasez que todavía no es capaz de generar “todo para todos” quedándose, por el momento, en “algo para todos”. Así ha acontecido y con mayor evidencia si cabe desde el comienzo de nuestra especie, siendo el denominador común de las demás. La pugna violenta que los animales evidencian para obtener sus propósitos (alimento, bebida, cobijo, apareamiento, etc.) en nuestro caso se ha convertido en transacción (lamentablemente en algunas ocasiones, también violenta) por mor de la civilización.

La escasez genera el concepto de “precio” como valor de cambio de las cosas. Inevitablemente, casi todo tiene un precio (material o inmaterial) y desarrollar capacidades de pago en cualquier orden de actuación vital es lo que verdaderamente distingue a quienes apuestan y consiguen una vida de crecimiento personal.

Pero desarrollar capacidades de pago para avanzar por la vida obteniendo aquello que deseamos y estimamos no es tarea sencilla y en este sentido es muy posible que cada cual coleccione algunas evidencias de propósitos incumplidos cuyas causas frecuentemente nunca se aciertan claramente a determinar. En ocasiones se deberá a una visión distorsionada del propio actuar derivada de la innata indulgencia con la que solemos autoanalizar el resultado de nuestras actuaciones. En otras por la socorrida atribución de nuestros fracasos a condicionantes externos o circunstanciales. En las más por una sobrevenida resignación vital que, a modo de condicionamiento mental, nos autolimita las posibilidades de consecución simplemente por fomentarnos la propia inacción personal.

Nada garantiza la obtención de nuestros deseos. Yo mismo no estaría tan comprometido con mi Proyecto Marathon-15% de saber la fórmula magistral que de manera instantánea y sin esfuerzo recorre el largo camino entre el querer y el poder. Nadie la ha descubierto, por más que algunos proclamen mercantilistamente lo contrario (al igual que lo puedan hacer aquellos que secularmente prometen un remedio para el crecimiento del cabello). No existen perezosos atajos en cuestiones tan complejas como lo es la consecución de nuestros deseos vitales, pero si hay caminos identificados y probados cuya longitud (dependiente siempre de lo ambicioso de nuestros objetivos) vendrá minimizada al trazar una acertada orientación que apunte directamente hacia nuestros destinos.

En encontrar dichos caminos y seguirlos radica parte del éxito de nuestra vida, entendiendo este simplemente como la consecución de nuestros deseos, sin duda el único patrimonio inexpropiable de cada cual.

Con Marathon-15%, a todo ello yo quiero ayudar…

Saludos de Antonio J. Alonso

7 respuestas a «La razón de mi “Marathon-15%”»

  1. El ser humano tiene comportamientos varios durante su ciclo de vida; entre ellos los dominados por el instinto y otros por la lógica y el raciocinio; a medida que se avanza en la vida, mediante la instrucción intelectual y el diario vivir, el raciocinio se va imponiendo al instinto; pero este aflora algunas veces en situaciones de riesgo, de cambio o de aquellas situaciones que generan choque emocional.

    La vida actual está llena de matices y de contrastes; mientras hay toda una generación tecnológica y debates como los aquí presentados, avances en medicina, en ciencia, en cultura, en deportes, y casi todos los órdenes de la vida; todavía hay lugares en los que nada ha cambiado, pueblos que nacieron y siguen sumidos en la ignorancia, la marginación, la pobreza, la falta de oportunidades y todo esto en este siglo XXI.

    Hay mucho por hacer en todos los aspectos de la vida de las sociedades modernas, pero la inclusión global es algo que está pendiente en casi todos los tipos de “modus vivendi” actual.

    Algo para reflexionar……

  2. Hola Alonso:

    Todo me ha parecido bastante interesante, aunque discrepo en algunas cosas contigo (no todos pensamos igual, jeje).

    Cuando uno habla de las reglas de la sociedad, es algo que por desgracia ocupa un campo demasiado importante en el concepto de la vida de las personas.

    Es cierto que la sociedad y el entorno tiene reglas, pero yo mismo soy el que me aplico esas reglas, y por supuesto, siempre me las aplicaré basadas en mi propio beneficio, y no pensando en ella como en una carga la cual tengo que aceptar por obligación.

    Los niños recién nacidos, es lógico que piensen solo en sí mismo y en satisfacer sus deseos, y creo que si las personas mayores pensaran así, el mundo sería bien distinto y la gente mucho más feliz y contentas con sus vidas.

    Es cierto que nada garantiza tus deseos se cumplan, pero también es cierto, que si te mentalizas de esa frase y haces de ella tu pilar, probablemente acabarás sin conseguir nada y autoconsolándote a tí mismo.

    En verdad sí que hay algo que me garantiza que mis sueños se cumplan, y ese algo soy yo mismo. Tanto si los demás quieren, como si no, mi propio “yo” cumplirá mis deseos, porque cuando uno aprende a quitarle importancia a todo lo que te rodea y dársela a tu propia existencia, descubres que no todo es tan difícil como lo muestran.

    Al igual que tú, no creo en los atajos ni fórmulas mágicas (la magia, al igual que la suerte no existe), sino en perseguir, desarrollar, aprender, avanzar, superarse y ser fiel a lo que uno siente y desea.

    Si unes eso a tus objetivos y sueños, entonces podrás decir: “No hay nada que me detenga de conseguir mis deseos”

    Un saludo y me ha parecido genial tu blog.
    http://www.elexitoenvida.com

  3. Saludos, Antonio.
    Me gusta su perfil psicológico, pero no estoy en acuerdo con su enfoque. Cada individuo, como has notado, responde a las exigencias de la vida pero en su propia manera. Son estas respuestas que determinan su personalidad y juicio/evaluación de la sociedad de él/ella.
    Si la persona elige una vida de acumulación material por cualquier medio necesario, yo creo que esta persona se reunirá con retos sociales muy fuertes. Sin embargo, esta personas también pueden ser una motivación a los demás y pueden ser magnates financiero encargado de gestión de fondos mutuos; el resultado ser relativamente fuerte crecimiento y beneficios para sus clientes.
    Otra persona quien es muy propensito al sexo puede encontrar fácilmente los objetos de su afecto y como resultado lograr satisfacción mediante el cultivo de estas relaciones. La ciencia y la medicina ha progresado y son menos críticos hoy para que el control de las enfermedades transmitido por relacciones sexuales están más fácilmente disponible como son los nacimientos no deseados o no planificadas.
    Aún así, tu comentario, aunque subjetivo, es apreciado. Algunos pueden continuar ver la naturaleza humana tanto como consideran a los animales luchando por la supervivencia en la selva pero el hombre moderno es superior en intelecto y fácilmente puede elegir cuándo y cómo iniciará acciones en orden para el mejor control de su destino. Desgraciadamente, a veces pueden ser los demandas, obligaciones, y esfuerzas extranjeras quienes redirigen los auto-esfuerzos contra nuestros deseos.

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