LA RELACIÓN SOCIAL

Brexit

En pleno ojo del huracán “Brexit” (abandono de Reino Unido de la Unión Europea por decisión popular), el mundo vive unas jornadas de estupefacción y desconcierto general. Tras casi setenta años en los que el discurso general ha fijado la unión de los estados europeos como único camino para su desarrollo y prosperidad, uno de los socios de la Europa más tradicional da la espalda a este club nacido con la misma voluntad de integración federal del estadounidense y al que, desde el comienzo, ha pretendido desbancar de la supremacía mundial. ¿Será quizás por esto que su mentor sociocultural y más fiel aliado a este lado del Atlántico ya no quiere jugar…?

Por supuesto que no está en mi mano el acertar con una respuesta concluyente a lo ocurrido en este inicio de un verano septentrional que puede cambiar el paso a un proyecto europeo que caminaba lento pero firmemente amparado en la unanimidad.

Es evidente que, desde el comienzo de la humanidad, el recorrido histórico de los pueblos no ha sido lineal aunque en su caprichoso zigzagueo siempre ha prevalecido una misma orientación hacia la búsqueda de la seguridad y el bienestar que, con el transcurso del tiempo, los ha llevado a cooperar cada vez más a través de la relación social. Parece inevitable que, antes o después, el futuro imparable lleve a la humanidad a la globalización mundial, pese a retrocesos como este que debemos observar con amplia perspectiva histórica e interpretar desde la consideración de ser gotas en un mar.

Y esta necesidad de establecer alianzas y cooperar para avanzar que impulsa a lo social también vale para lo personal y así lo quise significar en “La relación social”, la Crónica 38 de “Marathon-15%: 115 CLAVES DE SUPERACIÓN PERSONAL”…

“Lo que siempre se ha denominado circunstancias como marco condicionante del éxito o el fracaso profesional y personal hoy se concreta, en casi toda su especificidad, en la llamada red social presencial y virtual. El incontenible ascenso del protagonismo del entorno relacional en el desarrollo de nuestros propósitos nos debe llevar a mirar la vida con un ojo puesto en nuestro actuar y con el otro en su vinculación con los demás.

No albergo la menor duda respecto de cuál es una de las principales cualidades que explica el éxito de quien lo tiene: su extraordinaria capacidad de relación social, buscando preferentemente a quienes le mejoran para colocar cada vez más alto el listón de su exigencia, de su actuación y en definitiva, de su perspectiva vital…”

Saludos de Antonio J. Alonso