La igualdad de oportunidades: un eufemismo social

En cualquier ámbito social, la igualdad de oportunidades constituye el principal marco general que garantiza que toda persona pueda prosperar en la vida a partir de sus capacidades y merecimientos, lo que sin duda fomenta la iniciativa como fórmula automotivante de desarrollo personal. Su ausencia, además de constituirse en una discriminativa injusticia, tiene efectos negativos pues deriva con seguridad en resignación vital.

Desde el comienzo de la humanidad, constituida como forma de existencia social, no parecen registrarse muchos casos de igualdad de oportunidades y si de todo lo demás, fiel reflejo de que a lo largo de la historia la búsqueda para algunos del privilegio como ventaja personal ha sido la mejor forma de acortar un camino que para otros inevitablemente se ha debido alargar.

Pero, ¿es posible la igualdad de oportunidades en la sociedad actual…?

Teóricamente sí pero para no ausentarnos de la realidad, de su análisis todo apunta a que ese estado parece muy difícil de alcanzar mientras existan personas con honestidad cuestionable y poder suficiente para perpetuar ventajismos y prebendas, lo que desgraciadamente me lleva a pensar que esa práctica por ahora difícilmente desaparecerá.

En este sentido, aun en las situaciones donde se pueda constatar que las oportunidades son iguales para todos, aparece otro concepto mediatizante y diferenciador como son las circunstancias personales, que se encargan automáticamente de ubicar a cada cual en un lugar. Sirva como ejemplo el que las oportunidades pueden ser iguales para todos los que encuentren en la judicatura su futuro profesional, al quedar establecido para ello en España un proceso público y abierto de oposición concursal. En cambio, las circunstancias difícilmente contribuirán a la equidad, pues los inevitables largos años de estudio que se requieren para aprobar precisan de una inversión cuya disponibilidad dependerá del nivel económico de la familia en la que haya nacido cada aspirante a la carrera judicial.

La igualdad de oportunidades es un derecho que por el momento es más teórico que real, aunque sirva como apetitoso reclamo político de quienes secularmente la proponen como moneda de cambio electoral. Hablar de igualdad de oportunidades no deja de ser un eufemismo utilizado por algunos para ocultar una realidad que es manifiesta, pues a todos nos afecta y constituye parte de la irregular orografía del camino de la vida que debemos transitar. Oportunidades, circunstancias y muchos otros determinantes más condicionan infortunadamente nuestra posibilidad y nuestra probabilidad. Y esto por el momento, no parece vaya a cambiar.

Después de todo lo dicho y para afrontarlo no encuentro otro camino más atinado que el del ejercicio libre de la decisión y de la voluntad, patrimonios personales que nadie nos puede arrebatar y que ejercen de antídoto individual frente al mal de la desigualdad.

¡Ah! y quien siga considerando que en la vida todo es una oportunidad y que para todos es igual, le recomiendo intente opositar a Jefe del Estado Español sin pertenecer a la familia real…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

23 respuestas a «La igualdad de oportunidades: un eufemismo social»

  1. La igualdad de oportunidades …simplemente no existe, La carrera de la vida, en principio es aleatoria; lo que quiere decir, que cualquiera puede llegar donde se proponga, aunque no está garantizado.

    Que se quiera intentar legislar las oportunidades, también será injusto, pues cualquier norma que se deba respetar en la “carrera”, creará en si misma mas oportunidades para unos competidores, que para otros.

    Personalmente, me parece que no hay termino mas hipócrita, que el de “Discriminación Positiva”, como intento de garantizar una igualdad de oportunidades.

    Por tanto, en un mundo claramente desigual, queremos controlar esa desigualdad, haciendo trampa desde el principio…posiblemente para dormir mejor.

    La libertad individual y la defensa colectiva ante los “depredadores”, es la vía que hemos decidido para nuestro sistema social…pero no pensemos que eso genera igualdad…cualquier sociedad “avanzada”, es profundamente injusta para si misma, y para los que están fuera de esa sociedad…

    Por tanto, mi lema es, vive y deja vivir…y si alguien se cae en la carrera y puedes…echa un cable.

    Un saludo

    1. Comento tarde, en fin, cuando he leído este post. Qué difícil llegar a esa reflexión que haces Kino, pero que verdad. El universo, nuestro planeta, la naturaleza -incluso nuestros cerebros- avanzan sin reflexionar, sin juzgar. En ellos existe “la injusticia”, la desigualdad, la ley del más fuerte, la supervivencia (¿qué tiene de igualitario?), etc, etc, pero tratamos de cambiar las “reglas del juego” y solemos empeorar lo “natural”, la inercia de las cosas. Menos intervencionismo, diría yo, sería mejor. Como tú dices: vive y deja vivir. Es decir, libertad del individuo y respetos la de los demás y a la nuestra. Por desgracia (o por suerte) hay que reglamentar, porque está visto que siempre habrá alguien dispuesto a no respetar al prójimo. Por eso aquello de que “no venimos con los derechos (humanos, a la vida, etc) debajo del brazo”, los derechos nos los damos entre todos, dependen de terceros y se convierten en leyes para darles la opción de consenso con la “obligación” de ser “respetados por tod@s”.

  2. Hola a todos y todas.

    El post hace referencia a la igualdad de oportunidades que no ha existido jamás a pesar de figurar en los más elevados textos legislativos de muchos países. Miedos personales, nepotismo, intereses económicos, chantajes, líos de faldas, sentimientos de culpa… interminables los motivos (o excusas) que mantienen alejado tan deseable valor de la realidad común. Por mi adoración a la historia y a la psicología social, he podido constatar que cualquier cambio adelante del tipo que sea (sufragio femenino, leyes del divorcio, aborto, etc) sólo han sido posibles después de un tiempo de presión social sostenida y no exenta de sacrificios, como perder la vida por ejemplo. Me temo, que este caso no es diferente. Bueno si, en un aspecto sí lo es; aún no interesa a un número suficiente de personas (masa crítica) para provocar una reacción de los poderes públicos. Y ahí es donde deberíamos buscar la causa de la falta de igualdad de oportunidades; ¿a quién interesa este sistema? … respondiendo a esta pregunta sabremos casi con seguridad la razón que impide una auténtica igualdad social.

    Saludos!

  3. Es acertado el comentario, y también es prudente recordar que las sociedades deben buscar estos ideales que fortalecen la justicia social.
    Es verdad que los intereses y la corrupción generan otra realidad en todo el mundo, debemos buscar alternativas para realizar cambio en las conciencias y corazones, me guata ria comentes de ejemplos de estos cambios.
    Atte
    Arnaldo

    1. Arnaldo, gracias por ofrecer tu opinión y respecto de la petición que me trasladas, sinceramente no me encuentro capacitado para ofrecer soluciones a un problema mucho más complejo que lo que resumidamente define mi artículo…

  4. Antonio: la igualdad de oportunidades es absolutamente falaz y su búsqueda una labor faraónica y bizantina, por el sencillo hecho de que cada individuo es diferente (de ahí el término “individuo”), por lo tanto al ser su formación única y distinta, el pretender “igualarle” con cualquier semejante, raya en lo absurdo.

    En términos reales, podríamos aspirar a un cierto grado de equidad, más que de igualdad, sin embargo, actualmente la sociedad está enfrascada en esa bizantina lucha de la “igualdad” (tanto, que la han puesto de moda y se le considera políticamente correcta) y por lo tanto, se dedica a legislar, ordenar y promover los apoyos especiales a los llamados “grupos vulnerables”, ello lo que provoca es simplemente (en forma irónica) se la sociedad misma se aleje cada vez más de la meta buscada.

    Cito un ejemplo: acorde a recientes modificaciones a la legislación Mexicana, hoy por hoy se castiga con mayor severidad el “feminicidio”, que el “homicidio”; según los responsables de la legislación, se hizo así con el fin de proteger al grupo “vulnerable” que representan las mujeres, sin embargo en el proceso tenemos la otra cara de la moneda: ahora vale menos la vida de un hombre que la de una mujer. Al final ¿dónde quedó la tan sobada, enarbolada y maltrecha “igualdad”?

    Nunca se alcanzará un grado decoroso de equidad en tanto se siga buscando igualdad y en tanto para “alcanzar” esta última, se le sigan dando tratos especiales y preferentes a los denominados “grupos vulnerables”. mientras la Ley y la sociedad no comprendan que se debe medir a todos con el mismo rasero, sin distingos y que es el individuo, desde su propia individualidad (perdón por el aparente pleonásmo) el que marcará siempre las diferencias; y se le acepte diferente como tal, como es y como fue creado.
    Entretanto, seguiremos buscando ollas de oro y atacando molinos de viento sin ningún progreso real en la evolución humana.

    1. Aroní, gracias por tu opinión que se centra en la igualdad de las personas cuando mi artículo trata de la igualdad de oportunidades de las personas, que no es lo mismo. No obstante, comparto muchas de los planteamientos que trasladas y en especial el referido a la necesidad de un tratamiento legislativo igualitario para todos…

      1. Antonio, entiendo perfectamente que tu comentario se centra en la igualdad de oportunidades para las personas, sin embargo, a mi humilde punto de vista, no se puede buscar (o mejor dicho, no se puede lograr) una igualdad de oportunidades si en esencia no somos iguales como personas.

        Para que se otorgue la igualdad de oportunidad, se necesita que los individuos se encuentren en igualdad de circunstancias. en la realidad, a lo más que nos acercamos es a una equivalencia de circunstancias, mas nunca a la igualdad propiamente dicha, de ahí que centre mi comentario en la igualdad de las personas, del hecho que de raíz la situación está mal planteada por la sociedad desde el inicio.

        La única forma justa y equitativa de poner a dos o más individuos a competir por la misma oportunidad en plena igualdad, sería que dichos individuos fueran iguales (en formación, experiencia, carácter, capacidades, limitaciones y un larguísimo etcétera), de otro modo siempre habría una ventaja para alguno y en ese momento la “igualdad” se vuelve falaz.

        no sé si alcanzo a transmitirte el trasfondo de mis comentarios, pero espero haberlo logrado.

        Saludos.

        1. Aroní, gracias por explicar tu opinión. Para mí la igualdad de oportunidades es como trazar una línea recta en la salida de una carrera para que ningún participante tenga ventaja sobre los demás y ello con independencia de las prestaciones físicas de cada cual que obviamente decidirán el vencedor final…

  5. Muy interesante tu reflexión… es verdad que hay gente que consigue prosperar en la vida a base de esfuerzo y mérito personal, pero las circunstancias socioeconómicas que nos rodean influyen bastante, al igual que ser hombre o mujer, pues desgraciadamente hoy seguimos teniendo menos oportunidades profesionales.

  6. Igualdad de oportunidades, libertad, democracia y demás conceptos, no realidades, son positivos en tanto nos orientan, nos ofrecen una dirección hacia dónde enfocar nuestro ser y quehacer. De otra manera esto sería un caos cavernícola. Saludos.

  7. En Mexico se le llama descriminacion social, y hay situaciones concretas que lo ejemplifican, como ejemplo expongo para seleccionar o contratar a un joven profesionista recien egresado se les da preferencia a los que proviene de universidades privadas y que pertenecen a un estrato social mas alto eso sucede en cualquier empresa… habra alguna exepcion ? probablemente.
    Otro ejemplo sucede con el sistema usado en la aplicacion de los examenes de oposicion para acceder a las universidades estatales (que se manejan con presupuestos gubernamentales) en donde definitivamente se benefician lo que menos lo necesitan quedando fuera las gentes de menos recursos y quienes mas apoyos necesitan… triste pero es una realidad

  8. Mas que un “eufemismo” es una falsedad.Como esa otra,que vivímos en una democracía,o aquella que enuncia que somos iguales ante la ley,y que somos libres…¿Es necesario seguir? Cada día está mas claro la falacia de esos presupuestos.Como ideales de futuro,desde luego inapelables,pero su realidad es mucho mas discutible que los Pegasos.Cada día que pasa nuestra sociedad se asemeja más a la descrita por Orwell.

  9. Ahí le has “dao” Antonio.
    El debate sobre la Jefatura del Estado, en la cresta de la ola. Y no es para menos.
    En mi opinión, la Igualdad de Oportunidades dista mucho de ser una realidad en este país, y más cuando vemos cosas como la que acabo de citar, por citar solo esta… : El simple hecho de nacer en una casa u otra , ya nos niega la oportunidad que a este señor le cae del cielo, sirva el susodicho o no sirva, nos guste o no.
    Saludos!

    1. Roser, gracias por tu opinión a mi texto que finaliza con el ejemplo que ahora podamos encontrar de más rabiosa actualidad. Aunque todos sabemos que no es el único y desgraciadamente no lo será…

  10. Liberté, égalité, fraternité. A la igualdad de oportunidades se refería el lema revolucionario de 1789.

    Cierto humorista (Guy Bedos) resumió en uno de sus monólogos el carácter teórico de dicha igualdad, fingiendo ser un artista que acaba de triunfar en el mundo del espectáculo:

    – ¿Qué consejo darías a un joven que empieza y quiera triunfar?
    – ¿Consejo? ¡Ninguno! Con lo que me ha costado llegar, ahora voy a ayudar a otro a que me disputa el sitio?

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