La “Fortuna Geográfica”

La fortuna geografica

Mañana es 22 de Diciembre, el que popularmente todo el mundo considera como día de la Fortuna en España pues se celebra (desde 1812) el Sorteo Extraordinario de Navidad, sin duda la manifestación anual de clonado costumbrismo patrio más emocionalmente peculiar y que es toda una fuente inagotable de ideas para las reflexiones (o en mi caso para las… Coach-tiones) sobre los anhelos y aspiraciones de quienes compartimos el territorio nacional.

El año pasado por estas fechas escribía… La casualidad no existe… ¡ni aun hoy! con igual pretexto y arranque que el del presente artículo, que desea ser la pieza complementaria de un ludofóbico díptico sobre la diosa Fortuna. Si entonces pronuncié vehementemente una sincera declaración de principios que me distanciaba de la Esperanza para abrazar la Decisión, ahora quiero completar esta posición (para evitar malos entendidos) al incorporar como innegable condicionador de nuestras decisiones al factor circunstancial .

Pues bien, lo primero que salta a la vista es que la Fortuna derivada de la lotería española de Navidad es cosa local (normalmente toca a habitantes del territorio nacional pese a venderse también en el extranjero) como así lo es la naturaleza intrínseca de la suerte, que no se reparte territorialmente por igual. Quizás el ejemplo más evidente de ello sea el severo condicionante que para la vida de una persona supone el hecho fortuito de nacer en un determinado país, en especial si este es pobre o esta sumido en  la lucha social.

Si pudiéramos esquematizar gráfica y sencillamente un Mapa de Decisión en la vida de toda persona a partir de círculos concéntricos, el más próximo a cada cual sería el que viene determinado por su propia capacidad decisional, siendo el siguiente aquel que representaría a sus circunstancias condicionantes (que principalmente se rigen por el género, la raza y el entorno geo-socio-económico). De esta manera, toda decisión (por muy convencida y proactiva que sea) quedará siempre subordinada por un marco exógeno y estructuralmente superior que la restringe de manera total. Así las cosas, parece que es difícil aceptar eso que ahora tanto se predica del… si quieres, puedes, pues más bien debería ser… si puedes, quieres, en orden a no malgastar ilusiones creadas a partir de imposibles auto-expectativas de éxito de donde no hay.

A menudo me pregunto que hubiera sido de mi vida de haber nacido en Sierra Leona. Es evidente que la respuesta nunca podrá ser concluyente pues para ello sería necesario haberla vivido allí, aunque parece sensato pensar que mis oportunidades de desarrollo personal se habrían visto muy reducidas por más que mi impronta resolutiva hubiese sido la del mismísimo Napoleón antes de fracasar. La realidad es que nací en España y sinceramente, en más ocasiones de las debidas, olvido la Fortuna que el destino me ha querido regalar.

Quienes habitamos nuestra vida en países desarrollados nos beneficiamos de un Mapa de Decisión cuyo radio del círculo exterior (el circunstancial) es mayor que el que correspondería en otras regiones menos favorecidas, lo que favorece a que el radio del círculo concentrico interior (el decisional) se pueda agrandar.

Ahora bien, tener a nuestro alcance mayores posibilidades vitales… ¿se traduce normalmente en un aprovechamiento, al menos proporcional, de las mismas? Pues considero que no necesariamente y yo mismo creo ser un ejemplo de ello al estar plenamente convencido de que, habiendo nacido en Africa, hubiera apurado más mi menor superficie circular. Una vez más nos topamos con que la necesidad llama a la actividad, algo que sin duda salpica de adormecida reactividad nuestro comportamiento, al reaccionar por la causa sobrevenida en lugar de actuar en pos del efecto a lograr.

En conclusión, la Fortuna Geográfica brinda oportunidades distintas que cada cual deberá esforzarse en saber maximizar allí donde desarrolle su vida, decidiendo proactivamente lo que mejor le convenga en lugar de esperando lo que le venga, que para eso ya está inventado el Gordo de Navidad

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

6 respuestas a «La “Fortuna Geográfica”»

  1. Yo considero que más allá de las limitaciones de la cultura e idiosincrasia de los países, la base fundamental de todo logro personal está en el conocimiento y ser capaz de ver por encima de los sistemas que parecen aplastantes, sin embargo cuando existe la determinación, voluntad y disciplina de hacer algo espectacular, al final se obtendrá.

    1. Estimado lector (a quien no me puedo dirigir por tu nombre propio al no identificarlo), gracias por tu comentario que se decanta por la prevalencia de la actuación personal sobre las circunstancias, lo cual comparto si bien no tanto lo de que todo pueda ser alcanzado solo con determinación y voluntad pues el entorno condiciona en más o menos intensidad según las situaciones…

  2. Considero que no solo entra en juego el espacio geográfico en la toma de decisiones, sino también hay que contemplar el marco de una civilización, de una cultura, de una sociedad, de una familia, de una pareja, en un tiempo y en un espacio definido. Saludos

    1. María, gracias por tu comentario que entiendo coincide con un pasaje de mi artículo que dice…

      “Si pudiéramos esquematizar gráfica y sencillamente un Mapa de Decisión en la vida de toda persona a partir de círculos concéntricos, el más próximo a cada cual sería el que viene determinado por su propia capacidad decisional, siendo el siguiente aquel que representaría a sus circunstancias condicionantes (que principalmente se rigen por el género, la raza y el entorno geo-socio-económico). De esta manera, toda decisión (por muy convencida y proactiva que sea) quedará siempre subordinada por un marco exógeno y estructuralmente superior que la restringe”…

  3. Estupenda reflexión. No sólo motivante… Expresa muy acertadamente cómo el entorno geográfico, dónde estamos situados cada cuál, no cuenta tan sólo como espacio vital, sino como condicionante de nuestra percepción cognitiva que será influída y formada por los condicionantes ambientales como la cultura, la economía, los credos predominantes, las pautas de conducta social, etc… y nuestra propia experiencia interactuando en ese espacio vital.
    Cuanto más variado y rico sea nuestro espacio geográfico y la sociedad encapsulada en ese espacio más pluralista, entonces más abierta y desprejuiciada debería ser nuestra percepción cognitiva, y cómo esa percepción dirige y guía nuestras actitudes ante la vida y pone un personal punto de vista a influir en la toma de decisiones y pautas de comportamiento que ayudarán más o menos a buscar, encontrar y topar de frente con la ansiada Fortuna.
    Concuerdo, pues con Antonio J Alonso en su visión acerca de la Fortuna Geográfica y en su lógica aseveración acerca del Mapa de Decisiones Geográfico.
    Más, como la Esperanza es un sentimiento inherente a la naturaleza humana ( por algo se dice de ella que es lo último que se pierde ) y las ilusiones que derivan de ella son motores de sueños y comportamientos proactivos, también yo disfrutaré, aunque sea brevemente, de la promisoria “fortuna” que se nos ofrece al comprar una participación de
    “El Gordo” de Navidad…
    Saludos y “buena fortuna”, Alonso

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