El “Gran Hermano” de la privacidad

Pese a mis esfuerzos por conocer y además pretender ser muy consciente de cómo funciona hoy en Internet la publicidad, recientemente algo me llevó a un estado de perplejidad tal que todavía no he salido de un retiro voluntario y monacal en esto de libremente navegar.

Yo creía que recibir anuncios relacionados con las consultas previas de productos realizadas en Internet era el santo y seña de la segmentación comercial electrónica actual, pero parece que todavía hay algo más, tan misterioso como inquietantemente enemigo de la privacidad. El otro día me llegó un correo de Amazon invitándome a comprar un determinado DVD de dos conocidísimas óperas que siempre se suelen representar juntas… Cavalleria Rusticana de P. Mascagni y Pagliacci de R. Leoncavallo, grabado a finales de los setenta en el Metropolitan Opera House de Nueva York (MET) y correspondiente a una famosa producción de Franco Zeffirelli. Una propuesta comercial tan concreta no es nada usual pues en este tipo de comunicaciones se suelen ofrecer varias versiones de una misma obra, tal y como luego ocurrió en un correo posterior recibido, cuyo carácter ya fue más normal.

Pues bien, actualmente me encuentro en proceso de escritura (en mi programa Word particular) de mi segundo libro de temática profesional, cuya existencia no conocía nadie hasta hoy y que plantea un relato novelado, parte del cual se desarrolla en la Nueva York de finales de los setenta. Allí, el personaje principal asiste en el MET a una representación (que fue real) de Cavalleria Rusticana y Pagliacci, cuya producción es de Franco Zeffirelli. No diré más.

Como ocurre en la película El sexto sentido, en ocasiones veo fantasmas y los nervios me van a estallar. No me atrevo a hablar en presencia de mi ordenador y ya he tapado el objetivo de su Web-Cam. Creo que voy a escribir en arameo porque, sin quererlo, todo esto me lleva a sospechar que Amazon es capaz de publicar mi libro en su integridad, incluso antes de que yo lo logre finalizar…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro