¡El Directivo muerto en su despacho!

Algunos dicen que la eficiencia de un Directivo se mide por el tiempo que puede permanecer muerto en su despacho sin que ninguno de sus colaboradores lo advierta.

Aunque excesiva, sin duda esta metáfora nos habla de la competencia principal que debe desarrollar todo Directivo de cualquier tipo de organización (empresa o administración pública): la construcción de equipos eficientes.

Si aceptamos como concisa y precisa definición de Directivo esa de “hacer hacer”, estaremos muy cerca de la fórmula para el éxito de quien tiene la responsabilidad sobre la maximización del rendimiento de una unidad de negocio.

Efectivamente, está demostrado que todo no lo puede hacer uno solo (por muy competente que sea) por lo que deberá conseguir que sus colaboradores empujen también y en la misma dirección hacia la consecución de los objetivos fijados.

Si un Directivo es capaz de construir un Equipo de Alto Rendimiento, él ya no deberá supervisarlo todo y por tanto dispondrá del tiempo necesario para algo que es mucho más productivo que la atención obsesiva al “día a día”: la anticipación del futuro.

Quien considere que ahora es imprescindible para que en todo momento funcione su organización, sin duda tiene un problema y lo que es peor, lo seguirá teniendo de no modificar este rumbo, hipotecando el éxito de su futuro y perjudicando seriamente su salud en un esfuerzo continuado y agotador….

 

Saludos de Antonio J. Alonso sampedro