¡Vivo sin Esperanza!

Si, vivo sin Esperanza y esta es mi elección, convencido de apostar por el mejor camino pero también comprimido por la responsabilidad y el esfuerzo que supone renunciar al azar.

No voy a darle muchas vueltas a la justificación de este posicionamiento vital que puede extrañar y por supuesto despertar una compasión que no me apetece aceptar.

Vivo sin Esperanza o lo que es lo mismo, sin esperar.

Sin esperar a que aparezca el trabajo ideal. Sin esperar a encontrar a la compañera de mis sueños. Sin esperar a adelgazar ese kilo de más. Sin esperar a la presencia de nuevos amigos. Si esperar a escribir la nueva entrada de mi Blog. Sin esperar a ser agraciado por la lotería nacional. Sin esperar a que el Valle del Jerte en flor venga a mí. Sin esperar a otra oportunidad para escuchar buena opera. Sin esperar a alegrarme cuando llegue la primavera. Sin esperar a felicitar cuando alguien lo merece. Si esperar a leer ese libro que siempre está allí. Sin esperar a conocer. Sin esperar a que me conozcan. Sin esperar a mejorar mi ingles. Sin esperar a salir de la crisis. Sin esperar a tener que envejecer. Sin esperar a saludar. Sin esperar a… sin esperar a tener que todo esto esperar. Sin esperar.

Sin esperar, en fin, a ser quien quiero ser. Sin esperar que sucedan los acontecimientos que deseo y puedo acometer. Porque quiero buscarlos y acercarme yo a ellos, tomando las riendas de un destino propio con ánimo, confianza, compromiso y actuación .

¡Vivo con decisión! , asumiendo el posible error…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¿Qué nos mueve a actuar?

Que nos mueve a actuar

El ser humano no se diferencia tanto como creemos del resto de especies de la Tierra. De no ser por el milenario proceso de civilización al que nos hemos auto-sometido, mantendríamos todavía la mayoría de los comportamientos que nuestros vecinos de planeta evidencian en su trayectoria vivencial.

Uno de esos comportamientos y quizás de los más importantes, todavía permanece intacto en nosotros. Me refiero al motor que a todos los habitantes vivos de este mundo nos mueve a actuar. Sin duda, actuar, en cualquiera de sus acepciones, requiere esfuerzo pues la actuación implica movimiento y el movimiento precisa de energía y esta nunca parte de la gratuidad. Así, la consecución de un beneficio o la evitación de una perdida se constituye como la regla que determina cuando actuar. Por tanto, todos nuestros actos están precedidos por una valoración (razonada o intuitiva) de lo que vamos a ganar o dejar de perder al realizar cualquier actividad.

Soy consciente que, de ser cierto lo que afirmo, puede que esté renunciando al altruismo en la vida, aunque esto lo debo matizar.

En efecto, defiendo que no existe altruismo puro en la vida. Desde el amor conyugal que se mantiene por el beneficio mutuo que obtienen dos personas por compartir la vida, hasta la participación en una ONG que, además de contribuir al bien de los demás, nos retorna un sentimiento de bienestar que justifica el esfuerzo económico o personal.

Solo encuentro una excepción a mi hipótesis que no desvirtúa la regla y es la relación de la casi totalidad de las madres con sus hijos, capaces de protagonizar toda una esforzada vida de generosidad sin límites y sin esperar nada a cambio. En los animales también ocurre esto al tratarse de un mecanismo, en ambos, natural.

Todos nuestros actos son interesados y ello, lejos de ser malo, es el mejor regulador de eficiencia vital que se pueda dar. De no ser así, nuestras actuaciones transcurrirían entre la casualidad y la suerte, sin duda malas brújulas en nuestro constante empeño de alcanzar en la vida un buen trozo de felicidad…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

Tannhaüser y los Valores

Soy muy aficionado a la opera y además de mi abono del Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia suelo visitar, cuando mis ahorros me lo permiten, otros teatros de España (Madrid, Barcelona) y del extranjero (Nueva York, Milán, Viena, Paris,…).

El sábado pasado estuve en el Real de Madrid asistiendo a una de las representaciones de la magnífica Tannhaüser de R. Wagner, sin duda una de las obras del compositor alemán más idóneas para familiarizarse con su estilo musical.

De todos los elementos que intervienen en una ópera, quizás es el argumento el menos “artístico” de todos. Las rocambolescas historias que nos cuentan suelen caracterizarse por una ausencia total de verosimilitud con la realidad, convirtiéndose en meros vehículos al servicio de la música, la voz y la escenografía.

No obstante, en la historia del trovador Tannhaüser hay algo que me llama mucho la atención y es su permanente dilema entre los tórridos y libertinos amores que le ofrece Venus frente al casto proceder de su prometida Elisabeth. A tenor de lo que se nos muestra en la representación (desnudos femeninos de lo más sugerentes) creo que la mayoría de los espectadores nos decidiríamos por las delicias de Venus, pero Tannhaüser termina eligiendo la pureza al placer.

¿Qué le hace tomar esta decisión?. Pues sencillamente lo que a todos nos condiciona muchas de nuestras elecciones en la vida: nuestros Valores.

Los Valores son los principios que guían nuestros pasos y determinan su orientación. Sin Valores sería muy difícil tomar decisiones consecuentes y nuestra vida perdería coherencia.

Tomar decisiones en función de nuestros Valores es positivo, pero no siempre obramos así. En ocasiones actuamos inconscientemente en contra de nuestros Valores y ello nos genera una negativa sensación de contradicción.

Pero, ¿cuáles son nuestros Valores?. La respuesta a esta pregunta no es fácil y menos cuando nunca nos la formulamos. El proceso de construcción de nuestros Valores tiene lugar en nuestra adolescencia y primera juventud, cuando nos preguntamos por las grandes cuestiones de la vida y queremos formar nuestra personalidad.

El problema viene cuando, una vez tomada posición ante la vida, transcurre el tiempo y no nos volvemos a formular esas mismas preguntas dando por sentado que nuestros Valores actuales corresponden con los que fijamos en aquellos primeros momentos de la construcción de nuestra identidad personal.

Amigos, es muy posible que nuestros Valores actuales hayan cambiado respecto de los iníciales y su desconocimiento nos esté jugando alguna que otra mala pasada en nuestros actuales procesos de decisión.

Para tenerlo tan claro como Tannhaüser, yo os recomiendo que reflexionéis por escrito sobre cuales son vuestros valores actuales en las diferentes áreas de la vida y así evitar algunas de las contradicciones que os amenazan en vuestra cotidianeidad.

 

Saludos de Antonio J. Alonso

Las Fallas y los Fallos

Cuanto puede variar el significado de una palabra si cambiamos una sola letra (“Fallas”, “Fallos”, “Fullas”, “Fillas”, “Fo…”).

Efectivamente, nuestro lenguaje es tan rico que permite múltiples combinaciones de letras sin cambiar mucho la fonética de las palabras.

El camino entre la descripción de las fiestas populares más famosas de España (“Fallas”) y los errores cometidos (“Fallos”) es tan corto que solo requiere modificar una letra.

El camino entre tu Situación Actual y tu Situación Deseada en la vida profesional y personal no es más largo que el anterior.

Normalmente nos enfrentamos a nuestros retos de mejora como los maratonianos lo hacen ante su próxima carrera, lo que nos genera una profunda sensación de agobio por el gran esfuerzo que nos espera, optando en muchas ocasiones por el abandono antes del comienzo mismo.

Esto no tiene mucho sentido pues, generalmente, no debemos cambiar tanto nuestros comportamientos como suponemos para alcanzar nuestras metas.

Es una realidad contrastada que las personas que dicen alcanzar frecuentemente sus objetivos no han seguido un proceso de cambio drástico en su personalidad, sino más bien han adecuado algunos comportamientos a las nuevas situaciones requeridas.

Es todo mucho más fácil de lo que parece, si somos capaces de identificar que debemos cambiar para no confundir Fallas con Fallos…

 

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡Tomar decisiones!

Primera situación: es domingo y terminas de comer. Casi sin saber el por qué, te diriges automáticamente al sofá y enciendes el televisor. Luego, miras la hora y ya son la 8. ¡Maldita sea!, he perdido toda la tarde.

Segunda situación: es domingo y terminas de comer. La semana laboral ha sido durísima y encima ayer sábado tuviste un contratiempo con el coche que te crispo los nervios. Decides relajarte y tumbarte en el sofá a ver la tele. Más tarde, miras la hora y ya son la 8 de la tarde. ¡Perfecto!, he recuperado el sosiego perdido.

En los dos casos has hecho lo mismo, pero con una gran diferencia: en el primero te has dejado llevar por las circunstancias y en el segundo has decidido.

El secreto del aprovechamiento de la vida está en sentirse más causa que efecto y para ello hay que… ¡Tomar decisiones!.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

La Planificación Creativa

El Programa de Coaching de Alto Rendimiento Profesional (“ABC-Personas”) que actualmente desarrollo en Alonso-BUSINESS COACHING basa su efectividad en la aplicación del COACHING como sistema de mejora de resultados.

El método se fundamenta en la identificación de las Áreas de Mejora de cada participante y la determinación y puesta en acción de las actuaciones necesarias para contribuir a esas mejoras.

Todo siempre a partir de las soluciones generadas por cada uno de los implicados, que sustituyen a cualquier otro tipo de normas facilitadas exteriormente.

Como herramienta de apoyo en todo el proceso se propone la Planificación Creativa que se apoya en tres conceptos básicos:

      • El establecimiento de Objetivos.
      • La determinación de las Acciones a desarrollar para alcanzar los Objetivos.
      • La fijación de Fechas Límite en cada Acción a desarrollar.

1- OBJETIVOS

“Si no sabemos hacia dónde vamos, es posible que terminemos en otro sitio”. Esta máxima nos ratifica en la necesidad de fijar destinos para poder iniciar nuestros pasos con algún sentido.

La planificación de Objetivos debe ser “implosiva”, es decir, debe transitar desde lo general a lo particular. De esta forma se proponen tres niveles y en este orden en la determinación de Objetivos:

      • Objetivos Quinquenales: Aquellos que afectan a los próximos 5 años de nuestra vida.
      • Objetivos Anuales: Los circunscritos a un año de nuestra vida.
      • Objetivos Mensuales: Los propios de cada mes.

2- ACCIONES

Para alcanzar todo Objetivo es necesario realizar una serie de Acciones, tal y como para subir un piso es conveniente ascender peldaño a peldaño una escalera.

Por tanto, cada Objetivo complejo habrá que fraccionarlo en una serie de Acciones que determinen un Plan de Acción.

3- FECHAS LÍMITE

Toda Acción pierde su naturaleza efectiva si su realización no queda fijada por una Fecha Límite.

Las Fechas Límite conforman nuestro calendario, nos animan a ejecutar las tareas en el tiempo previsto y contribuyen a acercar más nuestros deseos.

4- CIERRE DEL DÍA Y PLANIFICACIÓN DEL DÍA SIGUIENTE

Como apoyo de la Planificación Creativa se propone el Hábito del Cierre del Día, que dividiremos en tres conceptos: Cierre Cuantitativo, Cierre Cualitativo y Planificación del día siguiente.

A- Cierre Cuantitativo

Determinación del cumplimiento de Imperativo/Importante del día.

Cada día debemos prever la carga de Tareas que “debemos” y “podemos” realizar, dividiendo las principales en dos categorías:

          • Imperativas: Aquellas que, de no efectuarse, nos generan una pérdida.
          • Importantes: Las que, siendo importantes, si no las hacemos mañana no generan una pérdida, pudiéndolas posponer para otro día.

El seguimiento, al finalizar el día, de su cumplimiento nos entrenará en la medición de nuestras fuerzas y nos trasladará un sentimiento de éxito diario.

B- Cierre Cualitativo

Se compone de dos tipos de revisiones:

a- Logros/Errores de hoy

Al finalizar la jornada es muy conveniente determinar qué aspectos de la gestión han sido especialmente positivos (Logros) y cuáles han de mejorarse en próximas ocasiones (Errores).

b- Hábitos

Los Hábitos se incorporan a la costumbre “persiguiéndolos”. Es decir, poniéndolos en práctica continuadamente y sin fallo.

Si somos capaces de chequear el cumplimiento continuado y sin fallo de un Hábito durante 30 periodicidades, ese Hábito quedará registrado para siempre en nuestra costumbre.

C- Planificación del día siguiente

Se obtiene a partir de dos fuentes de consulta:

          • La Planificación Mensual, que nos determinará que Tareas habíamos asignado para mañana cuando planificamos el mes actual.
          • Los resultados obtenidos del Imperativo/Importante de hoy, que generarán nuevas Tareas para mañana en función del cumplimiento registrado en el día de hoy.

5- TAREAS REPETITIVAS

Lo que no sabemos qué se va a producir no lo podemos planificar. Pero, en cambio, aquello que si es previsible lo podemos incorporar a nuestro calendario.

Las Tareas Repetitivas son Tareas ciertas en nuestra vida que tienen una periodicidad establecida. Su identificación y calendarización nos ayudará a completar la Planificación Creativa.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

El Plan de Pensiones Físico

Plan de pensiones fisico

Los que ya estamos instalados en la cuarentena de nuestra vida sabemos lo recomendable de crearse un plan de pensiones que complemente económicamente las prestaciones de jubilación pública, cuando accedamos a ella.

En definitiva, aceptamos sacrificar renta disponible actual por futura al ahorrar para un plan de pensiones, considerando que este esfuerzo se encamina hacia la obtención de un bienestar futuro.

Además, el nivel de desarrollo socioeconómico actual está permitiendo que nuestra esperanza de vida se alargue hasta edades inimaginables años atrás: cuando los cuarentones de hoy tengamos más de sesenta años, todavía nos quedarán otros veinte o treinta de expectativa vital asegurada.

Pues bien, ¿cómo nos gustaría vivir esos años? Pues seguro que con una cobertura económica que permita disfrutar sin apreturas de un merecido retiro.

Pero, ¿de qué valdría esa disponibilidad económica si nuestra salud no nos acompaña entonces? Cuantos viajes, excursiones, desplazamientos y actividades varias con nuestros seres queridos no podremos emprender si el deterioro físico ya se ha apoderado de nosotros y nos tiene limitada nuestra capacidad de actuación.

Por tanto, al igual que todos buscamos preservar nuestra seguridad económica para un futuro, yo recomiendo también asegurar la salud abriendo un Plan de Pensiones Físico, cuyos componentes no será necesario explicar (ejercico continuado, alimentación equilibrada y descanso reparador).

El Plan de Pensiones Físico, en su vertiente de ejercicio, tiene las mismas características que el económico…

–      Hay que renunciar a algo de ahora por algo de luego, es decir, destinar tiempo actual al ejercicio físico para ralentizar el proceso de envejecimiento.

–      Hay que asumir el esfuerzo que ello supone.

–      Hay que comenzar ahora pues, de aplazarlo para el momento de la jubilación, no habrá rentabilidad suficiente sobre esfuerzo realizado.

–      Hay que elegir el mejor rendimiento para el esfuerzo, seleccionado el tipo de ejercicio que se ajusta mejor a cada idiosincrasia.

–      Hay que dejarse asesorar por especialistas acreditados.

…pero una distinta y muy ventajosa…

–      Además el esfuerzo actual repercute positivamente en la vida presente al mejorar el estado de salud general, sin duda, plataforma de despegue del resto de aspectos de la vida que importan y hay que mejorar.

¡Comienza ya…!

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

La Auto-confianza y Bibiana Aido

Todos sabemos de la importancia de tener Auto-confianza para caminar seguros por la vida, pero que pocos verdaderamente la desarrollan con aprovechamiento.

La Auto-confianza no es más que esa base interior que nos permite afrontar las situaciones cotidianas con la firmeza de quien sabe la solución del problema, pero sin saberlo.

La Auto-confianza se manifiesta externamente de múltiples maneras, pero una de ellas y muy evidente es en nuestra forma de expresarnos verbalmente. ¿Verdad que cuando dominamos un tema y nos sentimos seguros en su tratamiento, hablamos como si fuéramos un personaje de película (¡siempre hablan con toda la Auto-confianza del mundo!).

Por tanto el conocimiento de una materia nos genera la Auto-confianza, lo que nos asegura enfrentarnos a los demás sin miedo al ridículo. Cuando somos capaces de re-procesar nuestros pensamientos los perfilamos mejor, “sabiendo” más de ellos y no dudando en su forma de exponerlos y defenderlos en público.

No obstante, todo esto no es necesario si nuestros interlocutores sabemos que nunca nos van a contradecir en nuestros planteamientos y siempre van aceptar lo que les digamos. Esto es lo que les ocurre a los altos directivos de las empresas públicas y privadas, cuya palabra suele ser ley (conozcan o no del tema) y de ahí la Auto-confianza generada a partir del cargo desempeñado.

Para ejemplo basta con recordar cómo, hace unos meses, hablaba la Ministra de Igualdad Bibiana Aido y como se expresa ahora.

¿Será porque ya ha aprendido ser ministra…?.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡30 años corriendo!

Pongo el dedo en el botón del timbre de mi casa y aprieto con suavidad.

Miro al suelo mientras espero que me abran y el recuerdo de lo sucedido me llena de una extraña sensación difícil de explicar. Sensación que debo compartir con algo más que un cansancio agotador.

Ocho días atrás llegaba a Segovia entre ilusionado y comprometido a desafiar la resistencia de mis piernas y mi corazón. Agosto del 2.006 y 30 aniversario como corredor aficionado. Había que celebrarlo con un reto a la altura del cumpleaños y de mi espíritu batallador. La decisión la tomé en Junio, cuando me propuse correr Segovia-Navacerrada-Segovia (60 kms. con un desnivel total de 1.800 mts.), solo y sin apoyo.

Cuando era pequeño y me llevaban en nuestro Simca 1.000, siempre me pareció todo un triunfo para ese coche ascender por aquellas desafiantes rampas que coleccionaban en sus arcenes vehículos detenidos a la espera de un reparador descanso térmico. Eran los años sesenta.

Tras dos meses de entrenamiento veraniego intenso en el infierno caluroso y húmedo de Valencia, mis primeros días en Segovia estuvieron marcados por la inseguridad de conseguir el reto. A las 8:15 h., después de un copioso desayuno de hidratos, todos los días enfilaba las cuestas de Zamarramala que me regalaban una de las mejores vistas de la ermita templaria de la Vera Cruz. Luego hasta La Lastrilla para volver por San Lorenzo a llegar a la Alameda. Unos duros 14 kms. de acostumbramiento a la altura y a los desniveles propios de la meseta castellana. Después, algunos ejercicios de estiramiento y abdominales compartiendo la mañana con los patos del rio Eresma.

Todo fue desarrollándose según la planificación elegida hasta el último día de entrenamiento cuando, finalizando ya, un terrible pinchazo en los gemelos de mi pierna izquierda me recordó la corta distancia que algunas veces media entre lo óptimo y lo peor (como si de una rueda pasada de rosca se tratase). Sin otro remedio, había que retrasar la prueba un par de días para tratar de mejorar la situación con algo de descanso.

Por fin llegó el día: martes, 8 de Agosto de 2.006. Son las 8:15 y abro la puerta de mi casa con la seguridad de que me esperaran varias horas de martirio, el temor de no estar curado y la esperanza de poder regresar por mis propios medios al punto de partida. En estas condiciones, por lo menos pretendo asegurar los 30 kms. de ascensión continua hasta la estación de Navacerrada y luego ya veremos. Por tanto, ¡adelante!.

Salgo tranquilo e ilusionado, contándoles calladamente a las piedras milenarias que me encuentro por las calles de Segovia que los retos nos definen y sus logros nos redimen. Sin apenas cruzarme con nadie salgo del núcleo urbano y a los 20 min. ocurre lo que ni aquí quería nombrar: los gemelos se rebelan y me obligan a parar. En estos momentos todo se me viene abajo al considerar la más que probable opción de abandonar.

¿Qué hago?. Paro a ver y noto que me duele mucho. Desde luego, andando no puedo realizar la prueba pues tardaría demasiado tiempo. ¿Abandono?. No de momento, sigo un poco andando y pruebo a correr modificando algo el gesto de apoyo. Me duele menos y despacio, parece que aguanto. ¡Ánimo, solo quedan unos 55 kms.!. Sigo vacilante, física y mentalmente hasta que llego a La Granja de San Ildefonso.

Con prudencia acorto la extensión de mi zancada para minimizar al máximo el impacto de mis pisadas contra el suelo. Por ahora resisto. Bebo cada media hora agua isotónica y glucosa, que llevo en un cinturón de carrera que más parece una mochila de lo lleno que está.

Tras hora y media, se acercan los montes madereros de Valsaín con los aserraderos a ambos lados de la carretera, que ya comienza a endurecerse anunciando la llegada del puerto especial de 1ª Categoría de la Vuelta Ciclista a España. Pocos coches por ser Agosto y bastantes ciclistas emulando a Perico Delgado con el que compartí infancia durante aquellos largos veranos de vacaciones en Segovia. Me animo porque el dolor lo soporto.

Llego a Los Asientos y no pienso en lo que queda. Es la mejor terapia contra el sufrimiento. A los quince minutos ya estoy en La Boca del Asno. En otros quince llegaré al comienzo de las famosas “7 revueltas” del Puerto de Navacerrada, allí donde pone a prueba las piernas de los esforzados deportistas que se atreven a tutearlo. Todavía no hace mucho calor y ya comienzo con las pendientes de hasta el 18%. Me he bebido toda el agua y pido a unos operarios de la carretera que me ofrecen de una botella todavía con hielo. Bebo poco, por preservar el estómago y no dejarles sin refresco en su trabajo.

Centrado en los momentos de mayor esfuerzo, se hace difícil pensar cuando toda la sangre se dirige a mis piernas. Solo hay una sucesión de palabras que me repito constantemente: ¡Sigo, sigo, sigo!. ¡Arriba, arriba, arriba!.  Estoy a mitad del puerto y un ciclista me dice que ya nos veremos en la cumbre y le contesto muy convencido que yo seré quien le espere cuando llegue.

Sigo subiendo sin un solo metro de descanso. Mi pulsómetro no cesa de elevar el ritmo de revoluciones. Estoy en más de 150 y subiendo. A 2.000 mts. de altura la falta de oxigeno ya se nota y el corazón debe hacer horas extras para ganar lo mismo.

Salgo de las curvas cerradas (las revueltas) y ya diviso a lo lejos la cumbre, con el repetidor de Televisión Española y los telesillas. Quedarán unos 4 kms. también muy duros para coronar y se acrecientan mis ánimos de llegar. Luego ya veremos. Intento pensar en mis sensaciones corporales más que en la distancia que falta para llegar. ¡Adelante, adelante, adelante!. Cada zancada es un pequeño triunfo que me acerca a mi destino. Cada zancada es una menos que ya no volveré a trazar.

Cada vez más cerca y casi por sorpresa enfilo la última recta que lleva a la estación de esquí. ¿Por qué los últimos metros nunca duelen como los anteriores?. Sin duda la respuesta está más en nuestra cabeza que en las piernas. Por fin he llegado a la cumbre y no dejo de respirar aceleradamente. No estoy tan mal como preveía y esto me llena de estímulo para plantear la vuelta, pese a que mi amigo el ciclista ya estaba allí. Primer asalto conseguido.

Muevo los brazos y las piernas para relajar y sin perder tiempo entro en un bar a comprar una botella de 1,5 litros de agua que relleno con polvos de Isostar. Voy al aseo y pese a toda el agua bebida no evacuo casi nada. Me como 3 barritas energéticas y algunos sobres de glucosa y tras rellenar las botellitas que llevo en el cinturón, me lanzo con optimismo hacia abajo, de vuelta a Segovia.

Casi cuesta más esfuerzo correr en descenso que al revés. Los cuádriceps, no acostumbrados a un trabajo inverso al habitual, comienzan a dolerme y cada vez bebo agua con mayor asiduidad. Me paro en alguna fuente para no gastar toda la bebida isotónica que llevo. La sensación de cansancio es ya una realidad. Comienza a hacer calor y cada pisada en asfalto me sacude el cuerpo como un puñetazo. Miro el podómetro y me marca 38 kms. Acuerdo conmigo mismo aguantar corriendo hasta la maratón. Justo esa distancia (42,195 mts.) se cumple en La Pradera donde, desde una cabina, telefoneo a mi madre para tranquilizarla.

Todo va bien, dentro de lo asumible. Ya hay más de 30º de sol en la carretera y las piernas comienzan a delatar la presencia del ácido láctico que pincha como un cuchillo. Paro y ando. Corro y ando y cada vez corro menos y ando más. Llego nuevamente a La Granja y compro más agua. Casi me he comido todas las barras energéticas que llevaba y solo me queda algún sobre de glucosa.

Desde allí las rectas interminables que llevan a Segovia nunca acaban. Al terminar una comienza otra que, en la ida, no me parecieron tan largas. Bajo mi gorra y las gafas de sol intento pensar en que esto no va conmigo. Llevo unos 55 Kms. y ya puedo divisar la ciudad al fondo. ¿Hasta dónde llega el fondo?.

El final se hace raro, con una mezcla de sufrimiento insensibilizado por el vacío calórico y la alegría por la certeza de acabar una prueba que había comenzado con malos augurios. Ya estoy por las calles de Segovia. La gente me mira como si nada (¡solo llevo 59 Kms.!). Eso me llena de mayor satisfacción. El anonimato siempre guarda mejor el secreto de nuestras ilusiones.

Transitando por las calles por donde habitualmente entreno, ahora disfruto mucho más de la sensación de victoria sobre ellas. Curva aquí, repecho allá, algún que otro turista y aparezco en la plaza de San Esteban, a 50 metros de mi casa. Miro a mi alrededor y al cielo. ¡Lo he conseguido!.

Pongo el dedo en el botón del timbre de mi casa y aprieto con suavidad…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

La frivolidad y las redes sociales

La frivolidad es como esas comidas que te llenan mucho y a las dos horas ya tienes hambre.

Cuando conoces a una persona frívola, hasta que la descubres te deslumbra para luego dejarte un vacio que no admite reparación. La frivolidad es esa capacidad de algunas personas por mantenerse siempre en la superficialidad de los acontecimientos vitales, añadiendo un toque de pretendido elitismo a todas sus actuaciones.

Todos somos frívolos en algún momento de nuestras vidas, aunque la mayoría se da cuenta y retrocede, porque vivir con los pies en el aire no es nada práctico.

El fenomeno actual de las redes sociales es un gran generador de frivolidad al facilitar la construcción de falsas personalidades a la carta, amparadas siempre por el anonimato de las comunicaciones electrónicas y la predisposición que tienen los navegantes para creerlo todo.

Construir una personalidad falsa es gratis y en ocasiones hasta ventajoso, siempre que eludamos la responsabilidad de considerar a los demás como no merecedores del engaño y la burla. Ser frívolo en internet no es menor pecado que en la vida real, porque siempre hay alguien tras sus palabras que optó por la sinceridad…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro