¡Tomar decisiones!

Primera situación: es domingo y terminas de comer. Casi sin saber el por qué, te diriges automáticamente al sofá y enciendes el televisor. Luego, miras la hora y ya son la 8. ¡Maldita sea!, he perdido toda la tarde.

Segunda situación: es domingo y terminas de comer. La semana laboral ha sido durísima y encima ayer sábado tuviste un contratiempo con el coche que te crispo los nervios. Decides relajarte y tumbarte en el sofá a ver la tele. Más tarde, miras la hora y ya son la 8 de la tarde. ¡Perfecto!, he recuperado el sosiego perdido.

En los dos casos has hecho lo mismo, pero con una gran diferencia: en el primero te has dejado llevar por las circunstancias y en el segundo has decidido.

El secreto del aprovechamiento de la vida está en sentirse más causa que efecto y para ello hay que… ¡Tomar decisiones!.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

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