Tannhaüser y los Valores

Soy muy aficionado a la opera y además de mi abono del Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia suelo visitar, cuando mis ahorros me lo permiten, otros teatros de España (Madrid, Barcelona) y del extranjero (Nueva York, Milán, Viena, Paris,…).

El sábado pasado estuve en el Real de Madrid asistiendo a una de las representaciones de la magnífica Tannhaüser de R. Wagner, sin duda una de las obras del compositor alemán más idóneas para familiarizarse con su estilo musical.

De todos los elementos que intervienen en una ópera, quizás es el argumento el menos “artístico” de todos. Las rocambolescas historias que nos cuentan suelen caracterizarse por una ausencia total de verosimilitud con la realidad, convirtiéndose en meros vehículos al servicio de la música, la voz y la escenografía.

No obstante, en la historia del trovador Tannhaüser hay algo que me llama mucho la atención y es su permanente dilema entre los tórridos y libertinos amores que le ofrece Venus frente al casto proceder de su prometida Elisabeth. A tenor de lo que se nos muestra en la representación (desnudos femeninos de lo más sugerentes) creo que la mayoría de los espectadores nos decidiríamos por las delicias de Venus, pero Tannhaüser termina eligiendo la pureza al placer.

¿Qué le hace tomar esta decisión?. Pues sencillamente lo que a todos nos condiciona muchas de nuestras elecciones en la vida: nuestros Valores.

Los Valores son los principios que guían nuestros pasos y determinan su orientación. Sin Valores sería muy difícil tomar decisiones consecuentes y nuestra vida perdería coherencia.

Tomar decisiones en función de nuestros Valores es positivo, pero no siempre obramos así. En ocasiones actuamos inconscientemente en contra de nuestros Valores y ello nos genera una negativa sensación de contradicción.

Pero, ¿cuáles son nuestros Valores?. La respuesta a esta pregunta no es fácil y menos cuando nunca nos la formulamos. El proceso de construcción de nuestros Valores tiene lugar en nuestra adolescencia y primera juventud, cuando nos preguntamos por las grandes cuestiones de la vida y queremos formar nuestra personalidad.

El problema viene cuando, una vez tomada posición ante la vida, transcurre el tiempo y no nos volvemos a formular esas mismas preguntas dando por sentado que nuestros Valores actuales corresponden con los que fijamos en aquellos primeros momentos de la construcción de nuestra identidad personal.

Amigos, es muy posible que nuestros Valores actuales hayan cambiado respecto de los iníciales y su desconocimiento nos esté jugando alguna que otra mala pasada en nuestros actuales procesos de decisión.

Para tenerlo tan claro como Tannhaüser, yo os recomiendo que reflexionéis por escrito sobre cuales son vuestros valores actuales en las diferentes áreas de la vida y así evitar algunas de las contradicciones que os amenazan en vuestra cotidianeidad.

 

Saludos de Antonio J. Alonso