¡Evitar condicionarse por la climatología…!

La segunda Receta de Éxito probado para capear el temporal en que estamos inmersos es…

“Evitar condicionarse por la climatología, ajena siempre a nuestra voluntad y por tanto, caprichosa y variable (después de la lluvia siempre sale el sol)”

Desde luego, cuando hablo de climatología no solo me estoy refiriendo a la meteorológica sino a todos aquellos factores que, imprevistos y ajenos a nuestro control, no podemos modificar como lo puedan ser por ejemplo un embotellamiento al acudir al trabajo, el mal humor de alguno de nuestros compañeros de trabajo, la derrota de nuestro equipo deportivo favorito, etc.

Una de las habilidades vivenciales más apreciadas por los expertos en equilibrio personal es la de “saber navegar” en este proceloso mar de inconvenientes y obstáculos en el que se ha convertido la lucha diaria por defender nuestra vida cotidiana. El famoso spot publicitario protagonizado por Bruce Lee en donde él mismo recomendaba eso de “…sé como el agua, amigo mío…”, no es más que la constatación televisiva de una gran verdad íntimamente ligada al orden natural: la adaptación al medio.

Al igual que todos aceptamos la conveniencia de vestir un impermeable para evitar mojarnos cuando llueve, también es recomendable la precaución de proveerse del chubasquero emocional que nos preserve de las frecuentes inclemencias “vidatológicas” que, inevitable e imprevisiblemente, nos encontramos todos los días al salir de casa…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡Comenzar bien el día…!

Al hilo de lo comentado en mi entrada anterior hoy comienzo una serie de 10 escritos, cada uno de ellos referido a una de las 10 Recetas de Éxito probado que expongo en algunas de mis últimas conferencias y que están recogidas, en sus titulares, en la entrada del 24/02/09 de este Blog (“De la Motivación a la Auto-MOTIVACIÓN…”).

La primera (no necesariamente por orden de importancia) es…

“Comenzar bien el día, tratando de organizar y allanar convenientemente nuestras primeras tareas de la jornada para que no puedan ser fruto de enfados y malhumores que hipotequen el resto de nuestras actividades”

Sin duda, empezar algo bien es el mejor seguro para su conveniente desarrollo y acertada consecución. La unidad temporal de productividad personal más básica, que es el día, sigue esta misma regla. Comprometer el resto de una jornada por un mal principio es un riesgo que debemos evitar. Pero, ¿cómo…?

No hay mejor herramienta para asegurarnos desde su principio una eficiente trayectoria de la jornada laboral que la Planificación. Comenzar cada día sabiendo lo que “debemos” y “podemos“ hacer (hay que conjugar siempre estos dos verbos y no solo el primero, para evitar la frustración de trabajar con sensación de deuda) concreta el horizonte de tareas a realizar, protegiéndolas de injerencias externas y predispone positivamente hacia su ejecución.

La ausencia de Planificación introduce demasiados componentes de imprevisibilidad como para añadirlos a los propios que la vida nos regala cada día sin solicitarlos. ¿O nadie se acuerda de todas esas mañanas que le ha faltado su camisa favorita por no haberla lavado cuando debía y ha acudido al trabajo contrariado y por tanto, de mal humor…?

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¿Quien tiene LA SOLUCIÓN?

El pasado miércoles 10/06/09 fui invitado por el Colegio de Economistas de Valencia para impartir una conferencia que titulé: “Al mal tiempo buena cara: Las 10 Recetas de Éxito probado para capear el temporal”.

Mi intervención comenzaba con la formulación de la pregunta que titula esta entrada de mi Blog y cuya respuesta es obvio nadie tiene dado que “LA SOLUCIÓN” única e integral no existe, aunque si son posibles muchas soluciones contributivas para mejorar la situación de dificultad económica actual instalada ya en mucho más de medio mundo.

El cuerpo central de argumentación de esta conferencia se apoya en mi convicción asumida y demostrada de que el primer paso que toda organización debe dar para mejorar su estado presente y futuro parte de que logre mejorar el rendimiento profesional de las personas que en ella trabajan.

Según dictan los principios de la EFQM (Fundación Europea para la Excelencia en la Gestión Empresarial) que aplico intensivamente en mi actuación profesional, hay cinco AGENTES en toda organización (”Liderazgo”, “Personas”, “Estrategia”, “Recursos” y “Procesos”) que de mejorarse, consiguen se mejoren los RESULTADOS de la empresa o unidad de negocio a la que pertenecen.

Sin duda, de estos cinco Agentes solo hay dos que tienen vida propia y son capaces de solucionar problemas: el Liderazgo y las Personas. Los otros tres dependen claramente de los anteriores que son quienes los definen y desarrollan.

En mi opinión toda empresa es un generador de problemas por definición, tanto en épocas de bonanza como más aún en las de “peoranza”. Y solo las personas son capaces de solucionar problemas a diferencia del resto de factores productivos que siempre actúan como meras correas de transmisión.

Todo camino hacia el éxito de una empresa u organización parte de dar un primer paso que no conviene saltarse y es el de la puesta en valor de sus Personas y sus Líderes, únicos Agentes con posibilidad de encontrar sino LA SOLUCIÓN, al menos si las soluciones que todos andamos buscando para capear el temporal.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¿Quieres ser un Líder sin serlo de ti mismo?

Autoliderazgo

Tradicionalmente se ha relacionado el Liderazgo con la actuación de ciertas personas hacia los demás. Es decir con la faceta más exógena del término, pero que no es la única.

Todos los Líderes históricos (Carlomagno, Espartaco, Napoleón, Gandhi, etc.) son conocidos por aquello que consiguieron que realizaran sus seguidores, trasladándonos una imagen de seducción de masas, mucho más allá de lo que cada uno de ellos guardaba como persona.

Pero el Liderazgo tiene otra faceta, la interna o endógena, que como los peldaños de una escalera debe recorrerse previa a la exógena.

Sin duda, cada uno de los personajes antes mencionados han sido líderes de sí mismos a la vez que de grandes colectivos de fieles partidarios y seguidores.

Es imposible convencer sin ser. Y quien lo pretenda, solo conseguirá perpetuarse en una mediocridad profesional y personal sin límite.

Mi experiencia como Business Coach me dice que lo más habitual en el comportamiento directivo de muchos profesionales es saltarse el paso del Liderazgo Endógeno para intentar desarrollar solo el Exógeno, amparados en la aparente facilidad que otorga el cargo que ostentan.

El Liderazgo Endógeno es aquel que nos hace personas con mayúsculas, pues determina una vida controlada por las riendas del compromiso con la auto-mejora y la responsabilidad de servir como espejo a los demás.

Ahora me viene a mi recuerdo aquellas palabras que mi padre me repetía constantemente y explican concisamente todo lo que aquí quiero trasladar:

“El ejemplo es la mejor forma de autoridad”

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro