Cuidado con ser feliz… y además parecerlo

Parecer ser feliz

Si por arte de magia me ofreciesen a elegir en mi vida entre ser feliz o no serlo, seguro yo optaría por lo primero (hasta aquí, lo normal). Si a continuación la disyuntiva propuesta fuera entre el parecerlo o el disimularlo, sin dudar me decantaría instantáneamente por lo segundo (a partir de aquí, lo polémico y que me instala fuera de lo normal).

A nadie se le oculta que vivimos un mundo que no se diferencia de los anteriores en lo referido al anhelo universal que todos tenemos por ser felices. La lucha por la felicidad y no solo por la supervivencia nos distingue de los animales y es lo que motiva el inconformismo de muchos, autentica palanca continua para progresar. Todos queremos ser felices y estamos en nuestro derecho de intentarlo, aunque no tengamos el derecho de conseguirlo, que esto es cuestión del merecimiento ganado por cada cual.

No obstante, en la actualidad este derecho a ser feliz parece se ha convertido en una obligación o casi, pues en el imperio de los medios de comunicación social solo hay espacio para los felices, siendo el marketing y la publicidad los adalides de esta moda de impuesta felicidad. Tan es así que tanta exposición regalada de dicha y bienestar llega a falsear su verdadero coste, en la apariencia constante de gratuidad para alcanzarla. Mediáticamente todos semejan ser felices y este fingido parecerlo también es lo que en ocasiones equivocadamente llegamos a imitar.

Sin embargo parecer ser feliz o muy feliz (siéndolo o no) resulta poco práctico a la larga, por mucho que los gurús del positivismo maten por defender esta puerilidad. Eso sí, queda bien y en esa corrección política se encuentra el engaño pues, en definitiva, la vida práctica y efectiva no se rige por lo que debiera ser sino por lo que es en realidad.

Hace más de una década, un giro favorable en mi vida me llevo a un estado de satisfacción continuada (me apura llamarlo felicidad por no molestar o por si acaso no lo fuese) que duró varios años y que en la actualidad todavía presenta cierta vigencia, aunque algo matizada respecto de lo inicial. Entonces quise hacer partícipe con entusiasmo a mi entorno social de mi buenaventura con la intención simplemente de ofrecer y sin la pretensión de recibir a cambio, en la creencia de que la carga de energía positiva que me sobraba podría ser aprovechada por los demás.

Nada más lejos de la realidad pues, sin esperarlo, recibí lo que nunca podría imaginar.

Mostrarme feliz, abiertamente en público, me enfrentó a los incómodos silencios de muchos y a la dolorosa distancia de alguna que otra amistad. Ser feliz y parecerlo (aun en su más contenida manifestación) puede incomodar a quien no lo es y se impone la obligación de aparentarlo ante la sociedad.

Desde entonces no renuncio a ser feliz y a contribuir decididamente a que lo sean los demás pero, eso sí, con cuidado mesurado y sin excesiva publicidad…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

28 respuestas a «Cuidado con ser feliz… y además parecerlo»

  1. Pues si señor Antonio en un mundo en el que reina la infelicidad por doquier es peligroso decir que uno es feliz

  2. Me ha encantado el artículo. Mi abuela decía siempre algo parecido, con esa sabiduría de las abuelas. Decía: hija, tú siempre di que te duele algo
    Si tienes problemas, la gente te compadece. Si no tienes ninguno, te odian.

  3. Comparto la opinión de que es complicado mantener un equilibrio entre el optimismo (o positivismo) que nos facilita la forma en la que afrontamos la vida y el “fenomenalismo absurdo” que nos hace desvirtuar las cosas y ofrecer esa imagen bobalicona que últimamente observo con frecuencia. Ponemos un parche que oculta la cara menos “vendible” de nuestra vida y todo es fenomenal+fenomenal.
    Yo apuesto por volver a la autenticidad de las personas, con sus proezas y sus miserias, con sus fallos y aciertos. Aprender a ver las cosas de manera positiva no significa negar nuestras debilidades.

  4. Excelente articulo, esta claro que una es la realidad y otra la apariencia; lamentablemente el ritmo y estilo de vida muchas veces nos inclinan a la segunda opción, pero tambien es claro que esta en cada uno saber ubicarse y vivir con dignidad, quizás no alcancemos todas nuestras metas pero creo es mas digno y noble vivir con un propósito: ser feliz.

  5. Hola Antonio,

    ante todo felicitarte por tu post, me ha parecido un tema muy interesante que creo que todos – bueno todos es muy pretencioso, al menos yo – en algún momento nos hemos planteado.

    Hay algunos matices que no comparto, como es la relación que implícitamente hacemos entre el ser feliz y mostrar la felicidad de una forma comparativa. Me explico, en el ejemplo apuntado sobre el vecino que tiene éxito, creo que mostrar el coche, o invitar a una barbacoa, no tiene nada que ver con exteriorizar su felicidad, si no más bien con mostrar el coche que él puede pagar y los vecinos no (demostración de estatus). Estoy seguro que si les hace un pastel, por decir algo abordable por todos, no cosechará tanta animadversión ni envidias.

    Creo que muchas veces no somos honestos con los mensajes que transmitimos, que una persona se muestre sonriente, tranquila, equilibrada, afable es una buena muestra de felicidad. El que te muestra el coche, pues.. no te muestra su felicidad, te muestra su coche.

    Creo que debemos tener la madurez necesaria para tener claro que, si tus manifestaciones de felicidad no van por el camino de “miralocojonudoquesoy”, y alguien siente envidia, pues debemos plantearnos si realmente queremos mantener una relación con este perfil de personas. Yo tengo claro que no.

    Creo que es un problema social que la gente necesite “gurus” para saber como comportarse, pero este es otro tema.

    Pere

    1. Pere, gracias por tu interesante comentario que se refiere a unos ejemplos que no fueron formulados en mi artículo sino por otro lector (Sebástián Martínez) en su comentario de 20/10/13 (ver más abajo)…

  6. Antonio te felicito, muy bueno tu post tratando un tema muy tocado pero con un giro interesante que abre cuestionamientos.
    Cada quien tiene una experiencia particular, quisiera contarte la mía es usual en mí pensar que nunca podré ser felíz si hay gente en mi entorno que no lo es, a pesar que lo tenga todo, satisfacciones personales, exito profesional, etc. y creo quizá ser felíz no sea lo que me enseñaron de chico, el obtener cosas, sino lo que menciona Sebastian quizá ser feliz sea darle felicidad a otros.
    Y es ahí donde me asalta otra idea, si me preocupo por los demás terminaré mal, el mundo está lleno de tristezas, que dilema

    1. Herman, gracias por tu comentario del que destaco lo de… “nunca podré ser feliz si hay gente en mi entorno que no lo es”. Me parece una evidencia irrefutable que efectivamente nos lleva a un dilema de dificil solución: Esforzarse continuadamente en que todo el mundo sea feliz (lo cual es técnicamente imposible) o distanciarse de los que no lo son (lo cual puede parecer signo de egoismo). Si yo tuviera la solución no sería quien soy…

  7. Felicidades por tu post…
    Hace poco escuchaba que proporciona mucha más felicidad conseguir cosas para los demás, que para uno mismo. Sentir una felicidad plena, exhuberante, exultante, e intentar transmitirla a un entorno digamos deprimido, o con problemas, desde luego a un nivel distante del propio, puede obviamente generar una sensación de rechazo, y si no conseguimos que ese “exceso de felicidad” redunde en un beneficio de los que nos rodean, difícilmente haremos que éstos se sientan a gusto con nosotros, e incluso voy más allá, seguramente nosotros mismos tampoco nos sentiremos felices si no hemos conseguido hacer algo más felices a los que nos rodean.

    Pensemos en el empresario de éxito, que puede presumir de haber obtenido unos beneficios importantes, y presenta su nuevo coche a sus vecinos…. Seguro que obtendría una mayor felicidad, propia, y un mejor reconocimiento, ajeno, si en lugar de esa presentación del nuevo auto, o además de ella, les invitara a todos a una barbacoa esa noche…. Y no digamos nada si en su éxito pudiera poner la guinda con la posibilidad de dar trabajo a algunos de sus vecinos que se encontrara en el paro…..Ahí es donde estaría la felicidad total.

    Así pues, yo hablaría de “SEMBRAR FELICIDAD”, a buen seguro que recogeríamos mucha más.

    Saludos.

  8. Alonso, me gusto mucho tu post, con cuyo contenido coincido, así como con los comentarios realizados por algunos de tus lectores. Como no soy especialista en la materia, aunque si una lectora interesada, me gustaría conocer tu punto de vista acerca del por que las emociones negativas son necesarias, y que entender por “atenderlas”.
    Por otra parte, de acuerdo a mi experiencia una persona puede sentirse feliz en algunos ámbitos de la vida y con ello coexistir insatisfacción o infelicidad en otros. Por ejemplo, yo estoy muy feliz por haber logrado formar una bonita y amplia familia; sin embargo actualmente vivo circunstancias que me producen mucha tristeza, sin que por ello sienta el regocijo atenido al motivo antes mencionado. Como considerarías esta situación desde tu óptica de especialista?

    Te felicito por tus posts, en general me resultan muy amenos e interesantes!!

    1. Iris, gracias por tu comentario en mi Blog.

      Yo no diría que las emociones negativas “son necesarias” sino que, tanto estas como las positivas son inevitables en cuanto a que una parte de nuestro ser es emocional. Por tanto, todo se reduce a una correcta gestión de unas y de otras. Gestión que es tan personal e intransferible que sería descabellado determinar formulas de aplicación general (esta es la justificación del Coaching).

      Respecto de la cuestión que me planteas sobre tu felicidad y sin conocer más detalles que los que especificas, considero que lo normal en la vida es que se caracterice por ser un coctel de circunstancias buenas y malas que sepamos independizar para que no se contaminen. Cada situación significativa debe connllevar su análisis y su propuesta de solución. Solo así será posible avanzar.

      Recibe mi más cordial saludo…

  9. sólo una cuestión qué es ser feliz??? o en qué consiste la felicidad???
    Para tí…para mmí, par él…para ella…para Vds???
    TODO ES RELATIVO

    1. Javier, gracias por tu comentario que formula una de las preguntas mas difíciles de responder de forma genérica. La felicidad es un concepto tan personal e intransferible que cada cual se lo deberá plantear…

  10. Excelente post, con el que coincido prácticamente al 100%.

    Solo una matización; si hay algún “gurú” que proclama parecer ser feliz (siéndolo o no) y sin medida alguna es porque quiere parecer un “gurú” pero no lo es.

    Los verdaderos profesionales de la psicología positiva promueven la positividad con mesura e inteligencia, y teniendo en cuenta que las emociones desagradables (tristeza, rabia, ansiedad) tienen una función y hay que atenderlas igual que las agradables (alegría, satisfacción, orgullo), puesto que en exceso también pueden llevar a comportamientos con consecuencias negativas.

    Saludos!

  11. ¡Qué complicado alcanzar el punto de equilibrio! Por una parte es peligroso negar las emociones porque se pueden convertir en una sombra. Por otra, practicar la alegría y el entusiasmo son maneras de alcanzarlos.

    Enhorabuena por tu post!!

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.