“Si aún queda una cierta capacidad de fijar criterios progresistas en la educación, que se aplique a introducir la enseñanza obligatoria de la descodificación mediática”
Manuel Vázquez Montalbán

Blog de Antonio J. Alonso Sampedro
Duda razonable y reflexión
Pese a mis esfuerzos por conocer y además pretender ser muy consciente de cómo funciona hoy en Internet la publicidad, recientemente algo me llevó a un estado de perplejidad tal que todavía no he salido de un retiro voluntario y monacal en esto de libremente navegar.
Yo creía que recibir anuncios relacionados con las consultas previas de productos realizadas en Internet era el santo y seña de la segmentación comercial electrónica actual, pero parece que todavía hay algo más, tan misterioso como inquietantemente enemigo de la privacidad. El otro día me llegó un correo de Amazon invitándome a comprar un determinado DVD de dos conocidísimas óperas que siempre se suelen representar juntas… Cavalleria Rusticana de P. Mascagni y Pagliacci de R. Leoncavallo, grabado a finales de los setenta en el Metropolitan Opera House de Nueva York (MET) y correspondiente a una famosa producción de Franco Zeffirelli. Una propuesta comercial tan concreta no es nada usual pues en este tipo de comunicaciones se suelen ofrecer varias versiones de una misma obra, tal y como luego ocurrió en un correo posterior recibido, cuyo carácter ya fue más normal.
Pues bien, actualmente me encuentro en proceso de escritura (en mi programa Word particular) de mi segundo libro de temática profesional, cuya existencia no conocía nadie hasta hoy y que plantea un relato novelado, parte del cual se desarrolla en la Nueva York de finales de los setenta. Allí, el personaje principal asiste en el MET a una representación (que fue real) de Cavalleria Rusticana y Pagliacci, cuya producción es de Franco Zeffirelli. No diré más.
Como ocurre en la película El sexto sentido, en ocasiones veo fantasmas y los nervios me van a estallar. No me atrevo a hablar en presencia de mi ordenador y ya he tapado el objetivo de su Web-Cam. Creo que voy a escribir en arameo porque, sin quererlo, todo esto me lleva a sospechar que Amazon es capaz de publicar mi libro en su integridad, incluso antes de que yo lo logre finalizar…
Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro
Aunque pueda parecer un asunto medieval, todavía hoy, en el año 2017, parece que siguen valiendo distinto las vidas de los individuos en función de unos criterios muy subjetivos que están reñidos con la ecuanimidad, por lo que eso de la igualdad de las personas aún queda muy lejos de ser una realidad incluso en el momento de su fallecimiento, cuando objetivamente todos somos igual.
Vaya por delante que en cuestión de asesinatos y homicidios, cualesquiera sea su variedad, soy tan acusador como el que más. Arrebatar la vida a una persona me parece el acto más condenable que hay, sea quien sea y por los motivos que fueran y que nunca en la historia de la humanidad nadie podrá justificar. Así las cosas, yo me pregunto… ¿vale más la vida de una mujer estrangulada por su marido que la de un varón acuchillado por un ladrón, la de un joven asesinado en una reyerta vecinal o la de un homosexual muerto a golpes por su pareja sentimental…? Pues parece ser que sí, a tenor de la significación especial que les dan los medios de comunicación, cada día sin faltar, a los asesinatos de género (femenino) respecto de todos los demás.
En 2016 se cometieron en España 292 homicidios de los que 44 (15%) fueron atribuidos a violencia de género, los únicos que salen reiteradamente mencionados en las portadas de los periódicos, la radio, la televisión y hasta en la publicidad. ¿Quién se acuerda de las otras 248 personas (85%) también fallecidas a manos de verdugos de lo irracional…? ¿Son de un valor menor y por ello se les debe ningunear…? ¿Qué intereses se esconden en esta discriminación informativa que no trata a todas las víctimas de la violencia asesina por igual…? ¿Alguien me podría argumentar porqué la vida de una esposa o novia vale más que cualquiera otra de las que desgraciadamente se pierden por la absurda demencia de un criminal…?
Nada hay que me pueda molestar más que el agravio comparativo, esa desviación de la imparcialidad que otorga privilegios a quienes son igual que los demás. Porque ninguna vida puede valer, ni vale más…
Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro
Internet, entre otras virtudes, tiene de bueno que es un gran revelador de las competencias profesionales de quienes hacen acto de presencia con sus publicaciones, fiel reflejo de sus capacidades o la ausencia de ellas, que de todo hay en este escaparate moderno de la comunicación.
Tras varios años de intensa y extensa actividad en diversas redes sociales y especialmente como administrador de algunos Grupos entre los que se encuentra FORO COACHING VALENCIA, he llegado ciertamente a una desoladora conclusión: más del 90% de las publicaciones de carácter profesional son comerciales y con una intención de venta directa, correspondiendo el resto a las que aportan contenidos útiles de debate y opinión.
Así las cosas, yo entiendo que quien solo publica anuncios será porque ello le debe reportar mayor rendimiento que la difusión de contenidos, a no ser que esas mismas personas no sean capaces de generarlos, pues todos sabemos de la especial dificultad de aportar ideas frente a la facilidad de solo anunciar con el objetivo de mercadear más y mejor.
Por tanto y sin conocer a los autores de las entradas, no puedo ocultar que me merecen más interés quienes contribuyen a mi reflexión, saber y formación frente a los que solo pretenden venderme su producto o servicio, por lo que a aquellos les tengo más estima que a estos y además les considero profesionalmente mejor.
Y no creo estar solo en esta opinión…
Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro