Vivir… en el Estanque Dorado

En el Estanque Dorado

Llegar a la vejez para entonces comprobar que nuestra vida no ha sido la deseada se convierte en un camino sin retorno cuando esperamos hasta entonces para valorar la idoneidad de nuestra realidad. ¿Tiene sentido continuar ciegamente sin verificar si el camino actual nos llevará a acercarnos a nuestra búsqueda de la felicidad…?

De visita familiar en esta Semana Santa a Madrid no perdí oportunidad de asistir a una de las últimas representaciones en el Teatro Bellas Artes de En el Estanque Dorado, la obra de Ernest Thompson que se hizo famosa en 1981 por la filmación cinematográfica que dirigió Mark Rydell a Henry Fonda y Katharine Hepburn (ambos oscarizados por su interpretación), junto a Jane Fonda. En esta primera adaptación escénica realizada en España con dirección de Magüi Mira, también brillan con intensa luz propia el magisterio actoral de Héctor Alterio (Norman) y Lola Herrera (Ethel) en los papeles del anciano matrimonio que cada verano pasa sus vacaciones en una paradisiaca casa del Estanque Dorado.

Si Ethel representa el positivismo sincero, conciliador y lleno de satisfacción, Norman es la viva encarnación del escepticismo pesimista, desencantado y mordaz. En la obra no creo pueda haber duda alguna sobre el personaje vitalmente más interesante y es quien es capaz de cuestionar su existencia por considerar que pudo ser mejor. Norman rememora irónicamente su vida pues ha asumido que en mucho se equivocó, mientras que Ethel semeja disfrutar plácidamente de la suya, en mi opinión, por un sospechoso acomodamiento deudor de una falta de mayor rigor crítico en su reflexión.

No voy a descubrir a nadie la preferencia que los autores literarios siempre han tenido por los personajes perdedores y atormentados, cuyo juego existencial ofrece un largo horizonte para la creatividad narrativa. Cuestionar la vida puede ser el principio de algo mientras que aceptarla con seguridad será el final de todo. Por ello la voz de Norman nos despierta incómodamente mientras que la de Ethel consigue adormecernos plácidamente. Ambos, compartiendo una larga unión conyugal que en sus comienzos pudo haber sido muy pareja pero ahora es tan diferente que, en su bien definido contraste, podemos observar las claves de dos formas distintas y distantes de afrontar la vida: la Duda o la Aceptación.

Confieso que mientras presenciaba la representación mi identificación personal se encontraba más cerca de Norman que de Ethel lo cual, si primero me agradó, luego me llenó de una profunda inquietud pues entre el viejo cascarrabias y yo media una diferencia de edad de más de treinta años, que son los que me puedan restar para afrontar decididamente mi vida antes de lamentar llegar a su desencantada conclusión.

Fue entonces cuando volví a repetirme esa esclarecedora pregunta que ni yo ni nadie podemos nunca ignorar y cuya respuesta solo puede ser en forma de SI o NO…

¿DE SEGUIR HACIENDO LO QUE HAGO, LLEGARÉ A SER LO QUE QUIERO…?

Si contestas SI, sigue. Pero en caso de responder NO, cambia, pues… Vivir en el Estanque Dorado es eso de lo que Norman finalmente y con amargura se arrepintió…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

26 respuestas a «Vivir… en el Estanque Dorado»

  1. Pienso que no es sano ser resignado como tampoco lo es vivir amargado por la duda/inconformidad. Hay una palabra que me encanta y es: Equilibrio. Al final, prefiero un loco/soñador feliz que un cuerdo amargado

    Felicidades

    1. Paisa, gracias por tu comentario del que comparto la necesidad de buscar siempre el equilibrio de cada cual, aunque no tu catalogación que define a un loco/soñador como feliz mientras que el cuerdo no.

  2. Me parece muy “humana” y “brutalmente fuerte” la reflexión que nos compartes, porque leyendo los diferentes comentarios concluyo que: Primero, tengo que saber “qué quiero”, es decir, tener la capacidad y el valor de introspección para conocerme de verdad y después 2. Cuestionarme si de seguir haciendo lo que hago llegaré a ser lo quiero ser… y entonces me surge una tercer pregunta: y si descubro que estoy en el camino equivocado ¿será que tendré la edad necesaria para contar con la energía y las condiciones para cambiar?
    Es muy positivo y romántico pensar que “querer es poder” pero nuestro reloj biológico no se detiene y lo que antes nos costaba un esfuerzo menor, con la edad, se multiplica la demanda de competencias para lograr lo mismo.
    Por eso, pienso que es de suma importancia incluir en el currículo escolar una materia que desarrolle “Competencias para la vida”, que fomente el trabajo personal y las competencias emocionales para sensibilizar a los alumnos acerca de la seriedad de la toma de decisiones y la importancia de conocerse a sí mismo.
    Es vital un trabajo de pre-visión, de “adelantarse al futuro” y de acrecentar los recursos personales para enfrentar la adversidad y frustración; para superar obstáculos y encarar las pérdidas. No existe en la educación actual contenidos educativos de desarrollo humano con el mismo peso e importancia que las matemáticas o la química. ¡Hay mucho trabajo por realizar y mucha conciencia que despertar!

    1. Maragarita, gracias por tu interesantísimo comentario que recoge grandes reflexiones. Nunca he creido que “querer es poder” pues hay múltiples condicionantes externos que mediatizan nuestra voluntad, por fuerte que sea. La edad puede ser un condicionante en terminos absolutos pero no relativos, es decir, en cada momento las decisiones de cambio deberán estar relacionadas con nuestra situación vital siendo consecuente con lo posible y alcanzable.

  3. La cultura judeo-cristiana, con sus enormes vínculos al poder, nos han dogmatizado, “mediatizado”. Nos hacen creer que nuestra felicidad reside en hacer felices a otros, de servir a otros.

    Soy mexicano, pero fui formado en escuelas de inmigrantes españoles durante los trece primeros años. En mi país, dentro de nuestra cultura, existe una expresión: cuando alguien te llama, respondes “mande” o “mande usted”.

    La primera vez que me llamó una maestra y le respondí de esta manera, me dijo: “Es la última vez que dices eso… Ese es un trauma “mediatizador” de la conquista”.

    Desde niño no repito esta frase y mi hijo de 17 años nunca la aprendió; sin embargo, mi país sigue siendo fuertemente dominado por la subordinación, por el “yes-men”.

    Se nos enseña que el egoísmo es terrible, cuando la realidad es que la única forma en que podemos influir positivamente en nuestro entorno es buscando, en primer lugar, nuestra felicidad.

    Un abrazo!

    1. Bernardino, gracias por tu valiente comentario que plantea una visión muy singular de la felicidad, que en parte puedo compartir pues acepto que para hacer felices a los demás primero lo ha de ser uno mismo y no al revés como indicas predica la cultura judeo-cristiana…

  4. En ocasiones vivimos la vida que otros quieren para nosotros.. Atrapados por lazos invisibles marcan y anulan nuestros verdaderos deseos, sueños o sentimientos…estos lazos influencian nuestros actos sin apenas darnos cuenta (haz esto, tienes que hacer aquello o lo otro)…atrapados e influenciados por comentarios de personas que creen saber lo que es lo que nos conviene o no… Pero quien mejor para uno mismo que la opinión de uno mismo….. Aprender a desechar los consejos ajenos que dicen ser emitidos por tu bien no es fácil.. Es el primer paso.. Pero no es fácil..Y más cuando provienen de un grupo social q es el q te rodea a diario… Una telaraña maquiavélicamente urdida que anula cualquier voluntad de libertad humana…bastaría un simple “gracias por tu consejo pero haré lo que me de la real gana.. Y si no te gusta no es mi problema pero si mi decisión…” Ser el receptor de estas palabras tampoco es fácil sobretodo cuando no interesa por el motivo que sea …(aunque ese motivo siempre sea el mismo…$$$$)…..en segundo lugar….. Salir de la jaula aunque la puerta este abierta, estés deseando hacerlo y sepas bien que salir implica la felicidad no es tan fácil….por ello, esta en nuestro interior luchar por nuestra libertad… Querer volar depende de uno mismo para tener la fuerza necesaria y la valentía de hacerlo…por ello … Creo oportuno tener una conversación con uno mismo, olvida los prejuicios y los intereses ajenos….sabes en quien confiar así que confía…deshecha las malas compañías..aprende la lección.. Nunca cambian.. Terceras y cuartas oportunidades no sirven …Avanza… Toma decisiones…olvida el pasado.. Se consciente q no volverá..preocuparse por el pasado es absurdo … Agota mentalmente…memoriza la palabra hoy….que te apetece hacer hoy? Hazlo!! … No debes dar explicaciones a nadie.!! Convencete de lo que quieres hacer porque te hace feliz a ti no a los otros…nadie mejor que tu sabe lo que te hace feliz … solo en el momento que tu quieras y cuando te apetezca … Lo harás..volarás y buscarás a quien te aporté lo que tanto deseas … Saldrás de tu jaula y esa seguridad en ti mismo te ayudara a recordar quien eres, lo que eres y lo que vales….los que te queremos estaremos ahí para aplaudir tu vuelo. Te darás cuenta que la vida está para vivirla y disfrutarla…tanto esfuerzo para que? Para quien? …

    1. Jimena, te agradezco tu generoso en extensión comentario que hago mío sobre todo en eso de… “quien mejor para uno mismo que la opinión de uno mismo” y “toma decisiones”, sin duda dos de los axiomas que preceden a la felicidad…

  5. Muy buenas las aportaciones, congruencia, mantenerse activo, ver hacia adelante.
    Creo que hay un ingrediente vital, buscar constantemente momentos de felicidad, a pesar de las circunstancia. el preguntarse que quiero constantemente, reinventarse permanentemente y no quiere decir cambiar de camino constantemente, es simple si estoy en el camino, cómo hacer el trayecto hacia lo que quiero llegar de mejor manera, para que cuando lleguemos a x edad, sintamos que siempre estamos en constante crecimiento.
    Gracias

  6. Lo importante es hacer lo que actualmente se esta haciendo con alegría, disfrutarlo, vivirlo, sino, es tiempo de pensar en el cambio para no arrepentirse cuando ya es demasiado tarde

  7. Antonio, cuando leo sobre esto, siempre pienso que el ser humanos, es una integración de Pensamientos, Emociones y Acciones.
    Pensamos de una manera, hablamos o actuamos de otra y tenemos un conjunto de emociones muchas veces encontradas; en este estado, poco sabremos vislumbrar el horizonte. Cuando estamos integrados, somos congruentes, nos sentimos alineados y esto nos genera un estado de armonía interior que se proyecta al exterior, que nos puede hacer superar nuestras propias expectativas: es decir, el camino nos está llevando a lograr algo mejor que lo que inicialmente quisimos.

  8. creo que una de as cuestiones que muchas veces nos paraliza es el temor. A veces nos dmos cuenta de que seríamos más felices introduciendo cambios en nuestra vida pero el temor a perder lo conocido o a lo nuevo nos mantiene en esa zona de comodidad, aunque nos produzca sufrimiento
    Cariños

  9. Muy bueno tu comentario. Y se me ocurre una tercera pregunta para añadir a las dos planteadas: Si haciendo lo que hago, no llegaré a donde quiero ¿Cómo puedo cambiar?
    Muchas personas han dedicado media vida a obtener un título que le permitiría vivir bien o incluso hacerse rico, y cuando ya está ejerciendo esa profesión, descubren que no es lo suyo. Que lo hicieron por presiones paternas o mil cosas mas, pero se encuentran como montados en un tren sin maquinista ni frenos…

    1. Enrique, gracias por tu comentario que plantea una de las preguntas de más dificil contestación pues el cambio personal no admite soluciones genéricas que a modo de medicina universal pueda sanar a todos. No obstante, no olvides que para cambiar es necesario determinar hacia donde apuntar…

  10. “¿DE SEGUIR HACIENDO LO QUE HAGO, LLEGARÉ A SER LO QUE QUIERO…?”

    Una pregunta fundamental.
    La segunda por orden, tal vez.

    Siendo la primero: ¿Qué quiero ser en la vida? (o qué sentido le quiero dar)

    Parece que dar vueltas por el estanque sea meta suficiente para mucha gente.

      1. Creo que cuando uno ha caminado mucho por el camino de la vida y lo ha hecho con responsabilidad, superando los obstáculos encontrados, mirando de frente los retos, cumpliendo objetivos, trabajando duro, lo único que encuentra luego es una infinita paz y sabiduría, agradezco a Dios por las dificultades en mi camino y la fortaleza para vencerlas.

        Gracias a tí por generar este bonito espacio de reflexión.

  11. Que bonita y sabia reflexión Antonio.
    Pienso que para aceptar, primero hay que ser consciente , es decir ” conocer” , y para mi no trabajamos tanto en esa línea de autoconocimiento, a veces creo que fabulamos y nos engañamos a nosotros mismos. Cómo de “valiente” hay que ser para hablarse a uno mismo sinceramente??

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