Engrasar para engranar

Sin necesidad de dominar la ciencia de la mecánica, todos sabemos que una de las claves determinantes de la eficiencia de cualquier motor radica en minimizar las pérdidas de energía motivadas por el rozamiento a que se ven sometidos sus componentes en la necesaria interacción de los unos con los otros.

Toda organización con un fin determinado (empresas, partidos políticos, órganos de gobierno, ONG´s, asociaciones culturales, deportivas, profesionales, etc.) se asemeja en gran medida a un motor compuesto por muchas piezas, siendo la más importante de todas la única que está viva: las personas.

Las personas constituyen ese valioso y exclusivo agente de una organización que puede solucionar problemas y estos son, por definición, consustanciales con toda entidad pues cada organización es una fuente constante de generación de los mismos, al tener que pugnar con las demás por aquello que todas desean conseguir (vender, obtener votos, ganar partidos, etc.).

Hasta la fecha, uno de los mejores procedimientos demostrados para minimizar el rozamiento generado en un motor para que todas sus piezas engranen óptimamente es el engrasado con sustancias que faciliten su trabajo y aseguren su durabilidad. Pues bien, en las organizaciones también es necesario ENGRASAR para ENGRANAR, siendo indiscutiblemente el vehículo más determinante para que ello se produzca con éxito eso que llamamos la Comunicación.

Las personas tenemos una necesidad imperiosa de comunicarnos en todos los sentidos, pues la información siempre es el punto de partida para llegar a cualquier toma de postura y decisión. Y tomar decisiones representa el corazón de la resolución de problemas. Si a las personas en las organizaciones se les pide que resuelvan problemas y para ello no se instrumentan las vías de comunicación adecuadas para intercambiar información, el resultado es obvio que nunca podrá ser bueno.

Cuando la comunicación no fluye adecuadamente en las organizaciones, espontáneamente se crean nuevos canales oficiosos de información (Radio Macuto) que normalmente no responden a la realidad ni a la veracidad, originando un desestabilizador mar de fondo que contribuye más a la confusión que a la reparación.

Desgraciadamente, muchos directivos responsables de empresas y unidades de negocio todavía no son completamente conscientes de la estrecha vinculación entre comunicación y resultados, permitiendo que la maquinaria de su organización funcione ineficientemente, chirriando por no atender a su necesario engrase.

A ningún lector que haya llegado hasta aquí se le escapará que lo escrito es asimismo totalmente aplicable al terreno personal, en donde la ausencia de comunicación genera el principio de la decepción entre aquellos a los que les unen lazos de amor o amistad. Ya lo dijo con acierto en 2002 Pedro Almodóvar: Hable con ella…. 

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro