“BRUNILDA” (¿Tiene género la violencia?)… Fragmento-12


…El comienzo del quinto curso en aquella mortecina Institución me descubrió, a los 15 años, el único tipo de amistad que entonces podía aceptar mi cabalgante introversión: la no buscada, esa que nace con la fortaleza de lo inevitable y crece sujeta por el eslabón indestructible del compartido dolor, un oscuro sentimiento que no precisa de presentación ni aclaración… Con ellas inicié aquella tortuosa singladura de asociación en la mísera desdicha, donde una absoluta circunspección nos gobernó y la sonrisa franca nunca existió. Regodeadas en nuestra común aflicción, buscábamos el aislamiento conventual como pura distracción, huyendo de los últimos juegos infantiles y de esas primeras ilusiones púberes de ardor que el resto de compañeras de la Institución vivían impacientes, desde el acontecer de una naturaleza radiante en anhelos de ser al fin mayor. Nos convertimos en cuatro espantajos tristes y silentes, lo máximo a que podíamos aspirar desde aquel cuarteado secarral en que se había trasmutado nuestro corazón…

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La responsabilidad de los unos, los otros y los de más allá…


Nunca reenvío comunicaciones ajenas por medio de mi Blog o cualquier red social, pues me considero en la obligación de aportar en lugar de solo trasladar. Sí, trasladar, esa extendida y cómoda práctica que no añade valor alguno a ningún tipo de debate en general. Además, este reenviar resulta ser como contar chistes cuyo mérito, no nos engañemos, solo es de quien los fue a crear. Por tal razón, siempre planteo opiniones propias y no de los demás. Sin embargo, en esta ocasión haré una excepción que demuestra la antigüedad de un problema más allá de la actualidad, que causa centenares de muertes y que nadie ha querido solucionar, dejando patente la incompetente responsabilidad histórica de los unos, los otros y los de más allá…

Lo que decía el botánico, naturalista y geógrafo ilustrado don Antonio Josef Cavanilles en 1797 del barranco de Poyo en "Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, poblaciones y frutos del Reyno de Valencia". El mapa corresponde a la misma publicación y elaboración por Antonio Josef Cavanilles.
“Siguiendo hacia el sur desde Alaquás como a un quarto de legua se atraviesa el barranco, que empieza en las montañas en Buñol con dirección a Chiva, entra en esta villa y continúa por el término de Cheste, donde recibe otro considerable: engrosado con este aumento y con las vertientes de aquellos montes, cruza el llano de Quart junto a la venta de Poyo, pasa después por las cercanías de Torrent, que dexa a su derecha, como igualmente Catarroja, y desagua en la Albufera de Valencia. Su profundo y ancho cauce siempre está seco, salvo en las avenidas, quando recibe tantas aguas y corre tan furiosamente, que destruye quanto encuentra. En 1775 causó muchísimas desgracias en Chiva, sorprehendiendo a media noche sus vecinos; asoló un número considerable de edificios, esparciendo por mas de dos leguas los tristes despojos y los cadáveres de los pobres que no pudieron evitar la muerte. A la derecha del barranco y a muy corta distancia, bien que en un sitio elevado, está Torrent, la mayor población del reyno después de las ciudades y villas principales”.