“Lo imposible”… ha sido real

Desde que en 1979 llegué a Valencia para estudiar, cada vez que cruzaba el Nuevo Cauce del Turia me sorprendía por esas dimensiones faraónicas que no parecían justificadas por ninguna hipotética necesidad. Y es que… 200 metros de anchura y 10 de profundidad para aceptar 5.000 metros cúbicos por segundo (12 ríos Ebro simultáneos), se me antojaban una ciclópea barbaridad. Me equivocaba, porque la capital se ha salvado de una tragedia descomunal ante “Lo imposible”… que ha sido real.

“BRUNILDA” (¿Tiene género la violencia?)… Fragmento-10


…Vivíamos las dos en un modesto piso del barrio de Arganzuela, muy cerca de aquel ajardinado rio con nombre de huerto frutal, al que acudíamos con expectación, casi a diario, para pasear y jugar con los adorables perrillos que, a falta de otras, eran mi única pasión. Los admiraba porque conservan aquello que los humanos hemos perdido por una equivocada evolución y los amaba sin conocerlos, segura de que su noble comportamiento nunca protagonizaría una súbita traición. Llamaba y acariciaba a cualquiera que se cruzaba en mi dirección, casi siempre sin mirar ni hablar a su dueño, al que yo prefería denominar padre o tutor. Algunos se molestaban, aunque los canes no, sabedores de que eran ellos los exclusivos destinatarios de mi devoción. En aquel tiempo, las personas ya habían desaparecido del severo dial de mi atención…

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Las trágicas paradojas de la modernidad

Casi siete décadas separan la riada valenciana de 1957 y la actual. Pese a los innumerables avances técnicos y de organización social, las trágicas consecuencias de ambas pueden no diferir en su gravedad. Entonces casi nadie tenía coche y hoy lo tiene cada cual. Sarcófagos para los muchos que no se han podido salvar y murallas de metal que ahora impiden trabajar. En ocasiones, el desarrollo se torna en bumerán…