Cómo tratar a los demás…

Simplificando y al final, el ejercicio de nuestra vida se reduce al desarrollo de un par de tipos de diálogos: uno interior de cada cual consigo mismo y otro exterior con los demás. Del primero ya vengo hablando en muchas de las entradas de este Blog, pero es el segundo quien centrará mi reflexión actual.

Dos de las características más evidentes del ser humano son, tanto su tendencia irrefrenable a establecer relaciones con sus congéneres como el gran desarrollo conseguido en el lenguaje comunicacional. Cuando nos relacionamos con los demás, el estilo de comunicación que adoptemos es tan importante que puede condicionar severamente los resultados obtenidos (por ejemplo, todos sabemos por experiencia propia que la amabilidad abre las puertas que la antipatía suele cerrar).

Una de las circunstancias más habituales que se dan en la comunicación entre personas es la del prejuicio o valoración personal de los demás, que nos condiciona en lo que les decimos y como se lo decimos. No habalmos igual a quienes tenemos etiquetados como inteligentes que a aquellos que suponemos con inferior capacidad.

Esto mismo es lo que ocurre muy habitualmente en los entornos laborales y especialmente en los equipos de trabajo, cuando los directivos no son capaces de obtener lo mejor de sus colaboradores pues anticipan sus resultados sin ofrecerles la oportunidad de demostrar que no son como se les llega a prejuzgar.

Y todo ello porque no son conscientes de esta gran verdad…

Trata a los demás como te gustaría que fuesen y posiblemente así serán. Trata a los demás como crees que son y lo serán

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

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