Las Actividades de Alta Rentabilidad

Quizás el consenso más unánime que preside el sentir vital de todos nosotros se ampara en la sensación generalizada de falta de tiempo para desarrollar todo lo que queremos hacer en nuestra cotidianidad, de forma que la frase más oída aquí y allá sea esa de: mi gran problema es el tiempo. Grave error, de percepción y de medición. Grave error, pues nada en la vida puede ser un problema si es una constante, es decir, algo definido y previsto (los problemas en la vida se caracterizan habitualmente por ser variables, lo indefinido e imprevisto). Lo constante es analizable y tratable si tiene solución o intratable en caso contrario, por lo que ya no es problema sino aceptación.

Una constante evidente es nuestro tiempo: todos disponemos de 24 horas cada día, si bien es verdad que no todos las usamos con la misma efectividad.

La vida no es una cuestión de tiempo en sí pues este, siendo fijo y cierto, no lo podemos alargar o acortar a nuestro capricho, ni almacenar para usarlo después, constituyendo un dato exógeno e invariante a nuestra voluntad. Por tanto, podemos asegurar que la vida es una cuestión de uso eficiente de ese tiempo definido que tenemos a nuestra disponibilidad. Uso eficiente que nunca podremos alcanzar si olvidamos la única herramienta que nos lo puede garantizar: Priorizar.

Priorizar no es otra cosa que elegir de entre varias alternativas, primando, anteponiendo, prefiriendo o favoreciendo a la que más convenga. Así, la vida no es una cuestión de tiempo:

¡La vida es una cuestión de Prioridad!

Pero, ¿qué priorizar…? Como antes he mencionado, lo que más convenga a cada cual, aunque hay algo común que a todos debería interesar por encima de lo demás: las Actividades de Alta Rentabilidad.

Las Actividades de Alta Rentabilidad son aquellas que, referidas a cualquier área de nuestra vida, contribuyen de manera decisiva a la consecución de nuestros deseos. Así, cada cual tiene las suyas como suyos son los deseos. En definitiva, es todo aquello en lo que verdaderamente merece la pena ocuparse, constituyendo la verdadera aportación de valor a nuestros propósitos y por tanto la esencia misma de la priorización.

Para su buena administración, tres son los pasos que hay que andar:

1-   Su Identificación, que nos permita descubrir cuáles son.

2-   Su Jerarquización, con objeto de establecer un orden de prelación que aconseje mayor atención a las que aporten en cada momento mayor contribución.

3-   Su Protección, para defenderlas de todas aquellas otras (Actividades de Baja Rentabilidad) que nada tienen que ver con nuestros verdaderos intereses y actuan como un ladrón.

Identificar, Jerarquizar y Proteger nuestras Actividades de Alta Rentabilidad es requisito necesario y suficiente para resguardarnos de todo aquello que realmente sin querer hacemos, destinando gran parte de un tiempo que luego aseguramos con gran angustia existencial a todos (y lo que es peor, también a nosotros mismos), no disponer…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

Una respuesta a «Las Actividades de Alta Rentabilidad»

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.