“Azuloscurocasinegro”

En 2006, Daniel Sánchez Arévalo ganó el Goya a la mejor dirección novel por su película “Azuloscurocasinegro”, que también se llevó otros dos galardones (de los seis a los que optaba) de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas Españolas.

El título del film pretende reflejar el estado anímico del protagonista (Jorge) y su visión de la vida, sin duda no muy alejada de la que tienen muchos españoles en la actualidad.

El color con el que observamos nuestra existencia siempre es una elección propia, tal y como escribía Ramón de Campoamor (1817-1901) en sus Humoradas…

“Busqué la ciencia, y me enseñó el vacío.
Logré el amor, y conquisté el hastío.
¡Quién de su pecho desterrar pudiera,
la duda, nuestra eterna compañera!.
¿Qué es preciso tener en la existencia?.
Fuerza en el alma y paz en la conciencia.
No tengáis duda alguna:
felicidad suprema no hay ninguna.
Aunque tú por modestia no lo creas,
las flores en tu sien parecen feas.
Te pintaré en un cantar
la rueda de la existencia:
Pecar, hacer penitencia
y, luego, vuelta a empezar.
En este mundo traidor,
nada es verdad, ni mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira.”

Elegir el cristal con el que ver la vida es potestad de cada cual y de ello dependerá la actitud que exhibamos luego frente a los obstáculos que aparecen en nuestro camino. Optar por mirar a través de colores oscuros dificulta la visión en la marcha, pero escoger la claridad es apostar por facilitar el avance rápido por el camino de la vida.

Ya lo he dicho otras veces con anterioridad y ahora lo vuelvo a repetir: la situación de crisis económica que estamos atravesando se ampara en causas objetivas (reducción drástica del crédito, caída del sector de la construcción, contracción de la actividad exterior, etc.), pero también en otras subjetivas muy relacionadas con el ánimo y las expectativas de los consumidores que, anticipando una especie de apocalipsis económico (”Azuloscurocasinegro”), se han negado drásticamente a invertir/consumir frenando sin ABS su habitual dinámica vivencial, pese a que muchos sigan manteniendo su mismo poder adquisitivo. Al igual que “Estolocausamosentretodos” yo también considero que, de pensar en positivo, “Estoloarreglamosentretodos”.

Debo reconocer que, si bien no me distingo por ser un gran aventurero vital, si es verdad que cuando he impregnado de blanca ilusión mi futuro este me ha correspondido generosamente con muchas más satisfacciones que decepciones, demostrándome a mí mismo que el optimismo siempre es la versión más práctica de la mejor ensoñación.

Y si no, podemos consultar a Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) en “La Vida es Sueño”, cuando puso en boca de Segismundo aquello de…

“¿Qué es la vida?. Un frenesí.
¿Qué es la vida?. Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

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