Estilos de Liderazgo

En todos los órdenes de la vida, el Liderazgo se convierte en la característica personal más determinante para conseguir nuestros propósitos, tanto personales (Liderazgo Endógeno) como sociales (Liderazgo Exógeno).

Toda persona, sin proponérselo, es Líder en muchas de las circunstancias que le acontecen en su discurrir cotidiano. Tomar decisiones personales como iniciar una dieta baja en calorías o familiares como programar las vacaciones veraniegas, son ejemplos (endógeno y exógeno respectivamente) del protagonismo que el Liderazgo tiene en nuestras vidas. No es necesario detentar puestos de alta responsabilidad política o empresarial para ejercer como Líder. La vida nos obliga a ello.

Por tanto, Líderes somos todos aun sin saberlo o quererlo. Pero no todos somos Líderes de igual manera y con el mismo aprovechamiento, pues cada uno tiene su Estilo de Liderazgo que determina los resultados que alcanza consigo mismo y con los demás.

Si esto es así, parece sensato aceptar la conveniencia de optimizar nuestro Estilo de Liderazgo personal para caminar de forma más efectiva por la vida. Pero, ¿qué mejorar? La respuesta no es sencilla por todo lo que debería tener de especificidad. No obstante, podemos comenzar por identificar cual es nuestro Estilo de Liderazgo vital para determinar luego la conveniencia o no de realizar los cambios que nos puedan mejorar.

De todas las clasificaciones existentes de Estilos de Liderazgo, yo me quedo con una muy sencilla que los diferencia en Autocrático, Liberal y Democrático, atribuida a Kurt Lewin. En 1939 realizó un revelador experimento para determinar las consecuencias derivadas del ejercicio de cada uno de estos tres Estilos de Liderazgo, llegando a una conclusión verdaderamente esclarecedora: el comportamiento y la eficiencia de las personas depende más del Estilo de Liderazgo que ejerzan sobre ellas que de su propia idiosincrasia.

Por tanto, podemos asegurar que la mejora del rendimiento profesional y personal de cualquier colectivo (laboral, social, familiar, etc.) depende en gran medida de la eficiencia de su Líder a igualdad de circunstancias, lo que justifica y demuestra la trascendencia del Liderazgo en el avance de la Humanidad, parte de la cual construimos día a día cada uno de nosotros ejerciendo como anónimos y muy personales Líderes de nuestro más cercano entorno relacional…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

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