En el Fútbol está la Solución…

Finalizando ya el Campeonato del Mundo de Fútbol de Sudáfrica, “vuvucelas” aparte, de los resultados acontecidos podemos extraer una conclusión que a buen seguro va a marcar el devenir futuro de este deporte tan multitudinario y competitivo: El éxito viene determinado de forma concluyente por la labor bien orientada y mejor coordinada del equipo, más que por el acierto aleatorio y fugaz de sus individualidades, por geniales que estas puedan ser.

Así es, todas las selecciones que de alguna manera u otra han presentado un buen comportamiento en esta edición del Mundial lo han conseguido por su buen hacer de equipo, orientando su juego al cumplimiento de los esquemas de juego trazados por su entrenador y caracterizados los jugadores por un sentimiento colectivo de grupo con fuerte carga de identidad propia (esto mismo es lo que está también demostrando, a nivel de clubes, el FC. Barcelona desde hace un par de exitosos años).

De esta manera se explica eso de que “ya no hay rival fácil de vencer” pues ahora la motivación junto con la disciplina estratégica y la buena preparación física convierten a cualquier equipo, supuestamente mediocre, en una máquina perfecta de contener y arruinar las expectativas de victoria de su contrario.

El Fútbol de hoy es así y lo será siendo cada vez más. Los incalculables intereses económicos que rodean a este “balón-pédico” deporte obligan imperiosamente a la consecución de resultados y ello no es cosa solo de una o dos figuras de relumbrón, sino de once comprometidos futbolistas y su entrenador. Entrenador (o Coach) cuya función principal es obtener la mejor versión deportiva de cada jugador y ponerla en fluida combinación con la de los demás para configurar un “equipo”, es decir, algo con valor añadido al de solo un “grupo”.

Y… hablando de consecución de resultados, ¿no es esta la premisa esencial que marca históricamente el origen y el destino de la vida de las empresas? El éxito mercantil, en un mundo tan competitivo como el que define a la realidad de las sociedades económicamente más avanzadas, pasa por vencer a los competidores en el duro partido por conseguir el favor de los clientes.

Esta tarea, a la que se enfrentan día a día todas las empresas que conocemos se torna imposible de no contar, como en el Fútbol, con una estrategia bien definida y un equipo humano coordinado y motivado para implementarla. Las ventajas competitivas ya no vienen determinadas por geniales ideas empresariales en un mundo en donde casi todo está inventado. No, lo que asegura el éxito es más una labor de aporte constante de valor, paulatina y conjunta por todos y cada uno de los que conforman una organización llegando así a conseguir la excelencia de convertir el todo en mucho más que la suma de sus partes.

¡Quien busque la Solución que siga viendo Fútbol…!.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro