¡Fomentar las actividades extraprofesionales…!

Llegamos a la quinta Receta de Éxito que nos dirige certeramente hacia el necesario equilibrio de nuestras Áreas de la Vida:

“Fomentar las actividades extraprofesionales, añadiendo mas patas a nuestra silla vital y evitando el riesgo de caída segura por la quiebra de una de ellas”

En mi opinión, la silla es el mueble más útil y antropomórfico de cuantos utilizamos habitualmente. Pero a la silla le salió un duro competidor: el taburete. Si me dan a elegir, prefiero la primera al segundo. Sentirme apoyado por cuatro patas me traslada mucha mayor seguridad a la par que comodidad a mi descanso. Simplificar, en ocasiones está muy bien, aunque en el caso que nos ocupa puede ser peligroso.

En nuestra Vida ocurre lo mismo. Cuantos más apoyos cuente, tanto más estable se tornará. Por tanto, creo es momento de reflexionar responsablemente si el focalizarnos con casi exclusividad al Trabajo y a la Familia (lo que es muy habitual en la sociedad actual) supone una excesiva concentración de riesgos vital y nos ofrece la suficiente base de apoyo como para no caernos al mínimo tropiezo.

La verdad es que conforme vamos cumpliendo años y consolidando nuestra posición vital, también vamos perdiendo actividad social, cultural, mental, educativa, física e incluso espiritual. En definitiva, minimizamos el resto de patas que nos ayudarían a equilibrar nuestro asiento vital ganando en seguridad y comodidad.

Mi consejo es que no transcurra un solo día sin que le hayamos dedicado algún espacio de tiempo (cada cual el que considere posible y necesario) a una actividad propia e intransferible (distinta al Trabajo o la Familia), que constituya la mejor prueba darwiniana de que la diversidad vital es la que más conviene para nuestra evolución y desarrollo hacia el enriquecimiento y fortalecimiento personal y social…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡Positivar el dialogo interior…!

Hoy me referiré a la cuarta Receta de Éxito probado que nos puede facilitar el difícil tránsito hacia la mejora del rendimiento profesional y personal. Se trata de…

“Positivar el dialogo interior, huyendo de los pensamientos derrotistas y negativos que, como en una espiral descendente, nos hunden hacia la frustración y el desencanto”

Desde hace varios años vengo comprobando que nuestra vida está protagonizada por una serie de etapas (de muy variada duración e intensidad) cuyos resultados positivos o negativos los solemos atribuir a causas vinculadas a factores externos a nuestro comportamiento (sobre todo en lo que se refiere a las malas rachas).

¿Qué opino yo al respecto? Pues que tanto las temporadas favorables como las desfavorables vienen propiciadas en gran medida por nosotros mismos.

En el mundo comercial esto mismo ocurre con bastante frecuencia. Especialmente cuando un vendedor se enfrenta a una mañana de visitas y comenzando mal la primera, él mismo se va condicionando negativamente hacia las próximas, arruinando toda posibilidad de éxito. Al contrario también sucede, al iniciar las gestiones comerciales de una jornada de trabajo con una venta que genera un espíritu positivo para enfocar con éxito las siguientes.

Por tanto, nuestra actitud interior explica mucho de lo que hacemos y de sus consecuencias, de lo que conseguimos o perdemos.

Esforzarnos internamente por auto-cambiar frustración y desencanto por optimismo y valor nos predispone a un estilo de actuación positiva que, como el sonido de un Gong, expande nuestras posibilidades personales de éxito más allá de lo que habitualmente solemos imaginar…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡Sonreir antes de llegar al trabajo…!

La tercera Receta de Éxito probado que hoy recomiendo tiene mucho que ver con la exteriorización del positivismo:

“Sonreír antes de llegar al trabajo, propiciando el optimismo por anticipado y llenando nuestro depósito de la energía más poderosa que podemos encontrar: el buen humor”

Dicen que la cara es el espejo de nuestra alma y algo de cierto debe haber en esta aseveración cuando todos somos capaces de adivinar los estados de ánimo de los demás mirándoles de frente. Sin duda, nuestro semblante anuncia nuestra predisposición hacia el exterior y así es captado siempre por nuestro entorno relacional.

Está probado que una sonrisa predispone a quien la recibe mucho mas favorablemente para cualquier tipo de comunicación entre los dos, hasta el punto que se recomienda al hablar por teléfono el sonreír, pues la entonación de las palabras cambia positivamente y es percibida mas favorablemente por el interlocutor.

Pero también sonreír es un activador del buen humor para quien sonríe. Podemos probar a esbozar una sonrisa aun sin motivo para ello y lo que en un principio pueda ser una mueca forzada, rápidamente se torna en la expresión de un sentimiento auto-generado que inunda nuestro interior de la gasolina suficiente para afrontar los retos profesionales y personales que se nos presentan todos los días.

Y si alguien tiene dudas sobre todo esto, solo debe valorar lo que siente al contemplar el maravilloso espectáculo que nos regala la risa de un niño…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡Evitar condicionarse por la climatología…!

La segunda Receta de Éxito probado para capear el temporal en que estamos inmersos es…

“Evitar condicionarse por la climatología, ajena siempre a nuestra voluntad y por tanto, caprichosa y variable (después de la lluvia siempre sale el sol)”

Desde luego, cuando hablo de climatología no solo me estoy refiriendo a la meteorológica sino a todos aquellos factores que, imprevistos y ajenos a nuestro control, no podemos modificar como lo puedan ser por ejemplo un embotellamiento al acudir al trabajo, el mal humor de alguno de nuestros compañeros de trabajo, la derrota de nuestro equipo deportivo favorito, etc.

Una de las habilidades vivenciales más apreciadas por los expertos en equilibrio personal es la de “saber navegar” en este proceloso mar de inconvenientes y obstáculos en el que se ha convertido la lucha diaria por defender nuestra vida cotidiana. El famoso spot publicitario protagonizado por Bruce Lee en donde él mismo recomendaba eso de “…sé como el agua, amigo mío…”, no es más que la constatación televisiva de una gran verdad íntimamente ligada al orden natural: la adaptación al medio.

Al igual que todos aceptamos la conveniencia de vestir un impermeable para evitar mojarnos cuando llueve, también es recomendable la precaución de proveerse del chubasquero emocional que nos preserve de las frecuentes inclemencias “vidatológicas” que, inevitable e imprevisiblemente, nos encontramos todos los días al salir de casa…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡Comenzar bien el día…!

Al hilo de lo comentado en mi entrada anterior hoy comienzo una serie de 10 escritos, cada uno de ellos referido a una de las 10 Recetas de Éxito probado que expongo en algunas de mis últimas conferencias y que están recogidas, en sus titulares, en la entrada del 24/02/09 de este Blog (“De la Motivación a la Auto-MOTIVACIÓN…”).

La primera (no necesariamente por orden de importancia) es…

“Comenzar bien el día, tratando de organizar y allanar convenientemente nuestras primeras tareas de la jornada para que no puedan ser fruto de enfados y malhumores que hipotequen el resto de nuestras actividades”

Sin duda, empezar algo bien es el mejor seguro para su conveniente desarrollo y acertada consecución. La unidad temporal de productividad personal más básica, que es el día, sigue esta misma regla. Comprometer el resto de una jornada por un mal principio es un riesgo que debemos evitar. Pero, ¿cómo…?

No hay mejor herramienta para asegurarnos desde su principio una eficiente trayectoria de la jornada laboral que la Planificación. Comenzar cada día sabiendo lo que “debemos” y “podemos“ hacer (hay que conjugar siempre estos dos verbos y no solo el primero, para evitar la frustración de trabajar con sensación de deuda) concreta el horizonte de tareas a realizar, protegiéndolas de injerencias externas y predispone positivamente hacia su ejecución.

La ausencia de Planificación introduce demasiados componentes de imprevisibilidad como para añadirlos a los propios que la vida nos regala cada día sin solicitarlos. ¿O nadie se acuerda de todas esas mañanas que le ha faltado su camisa favorita por no haberla lavado cuando debía y ha acudido al trabajo contrariado y por tanto, de mal humor…?

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¿Quien tiene LA SOLUCIÓN?

El pasado miércoles 10/06/09 fui invitado por el Colegio de Economistas de Valencia para impartir una conferencia que titulé: “Al mal tiempo buena cara: Las 10 Recetas de Éxito probado para capear el temporal”.

Mi intervención comenzaba con la formulación de la pregunta que titula esta entrada de mi Blog y cuya respuesta es obvio nadie tiene dado que “LA SOLUCIÓN” única e integral no existe, aunque si son posibles muchas soluciones contributivas para mejorar la situación de dificultad económica actual instalada ya en mucho más de medio mundo.

El cuerpo central de argumentación de esta conferencia se apoya en mi convicción asumida y demostrada de que el primer paso que toda organización debe dar para mejorar su estado presente y futuro parte de que logre mejorar el rendimiento profesional de las personas que en ella trabajan.

Según dictan los principios de la EFQM (Fundación Europea para la Excelencia en la Gestión Empresarial) que aplico intensivamente en mi actuación profesional, hay cinco AGENTES en toda organización (”Liderazgo”, “Personas”, “Estrategia”, “Recursos” y “Procesos”) que de mejorarse, consiguen se mejoren los RESULTADOS de la empresa o unidad de negocio a la que pertenecen.

Sin duda, de estos cinco Agentes solo hay dos que tienen vida propia y son capaces de solucionar problemas: el Liderazgo y las Personas. Los otros tres dependen claramente de los anteriores que son quienes los definen y desarrollan.

En mi opinión toda empresa es un generador de problemas por definición, tanto en épocas de bonanza como más aún en las de “peoranza”. Y solo las personas son capaces de solucionar problemas a diferencia del resto de factores productivos que siempre actúan como meras correas de transmisión.

Todo camino hacia el éxito de una empresa u organización parte de dar un primer paso que no conviene saltarse y es el de la puesta en valor de sus Personas y sus Líderes, únicos Agentes con posibilidad de encontrar sino LA SOLUCIÓN, al menos si las soluciones que todos andamos buscando para capear el temporal.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¿Quieres ser un Líder sin serlo de ti mismo?

Autoliderazgo

Tradicionalmente se ha relacionado el Liderazgo con la actuación de ciertas personas hacia los demás. Es decir con la faceta más exógena del término, pero que no es la única.

Todos los Líderes históricos (Carlomagno, Espartaco, Napoleón, Gandhi, etc.) son conocidos por aquello que consiguieron que realizaran sus seguidores, trasladándonos una imagen de seducción de masas, mucho más allá de lo que cada uno de ellos guardaba como persona.

Pero el Liderazgo tiene otra faceta, la interna o endógena, que como los peldaños de una escalera debe recorrerse previa a la exógena.

Sin duda, cada uno de los personajes antes mencionados han sido líderes de sí mismos a la vez que de grandes colectivos de fieles partidarios y seguidores.

Es imposible convencer sin ser. Y quien lo pretenda, solo conseguirá perpetuarse en una mediocridad profesional y personal sin límite.

Mi experiencia como Business Coach me dice que lo más habitual en el comportamiento directivo de muchos profesionales es saltarse el paso del Liderazgo Endógeno para intentar desarrollar solo el Exógeno, amparados en la aparente facilidad que otorga el cargo que ostentan.

El Liderazgo Endógeno es aquel que nos hace personas con mayúsculas, pues determina una vida controlada por las riendas del compromiso con la auto-mejora y la responsabilidad de servir como espejo a los demás.

Ahora me viene a mi recuerdo aquellas palabras que mi padre me repetía constantemente y explican concisamente todo lo que aquí quiero trasladar:

“El ejemplo es la mejor forma de autoridad”

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

La Fuerza de la Pasión… ¡perdida!

¿Cuál es el acontecimiento que en los últimos días ha despertado mas y mayores pasiones en la actualidad social española?

Sin duda, todos aquellos que lean contemporáneamente esta entrada coincidirán conmigo en que se trata del formidable triunfo deportivo del F.C. Barcelona (¡Copa!…, ¡Liga!… y ¡Champions!), que ha escriturado para siempre al club catalán en la historia del fútbol universal que leerán nuestros nietos.

Lo sucedido ha desatado desbordadas pasiones. Todos lo hemos podido ver en los innumerables reportajes televisivos que nos mostraban, triunfo tras triunfo, a los seguidores culés extasiados de sobrenatural entusiasmo y descontrolado fervor balompédico. Pasiones que han adoptado múltiples formas de expresión (y no me referiré aquí a las violentas, que ese es tema para otra entrada), la mayoría de ellas, por exageradas en sus manifestaciones, solo explicables dentro de un contexto de transitoria enajenación e histeria colectiva.

En definitiva, ¡cuánta fuerza generada por la Pasión y cuanta perdida!. Si, perdida.

Los espectáculos colectivos, que llegan a enervar el espíritu de las masas hasta cotas siderales, actúan como bombas atómicas generadoras de energía casi sin límite que inmediatamente se disipa como una gota de tinta en el mar.

¿Y esto por qué?. Pues en mi opinión porque a todos nosotros nos asisten dos tipos de pasiones en la vida: las reactivas y la proactivas. Las primeras vienen generadas por acontecimientos externos a nuestra persona que son protagonizados por otros y la fuerza, en nosotros generada, vuelve a ellos como si de la electricidad que pasa por un cuerpo se tratase (de ahí eso de que jugar en casa se estime como una gran ventaja, al contar con la energía del apoyo del público).

Pero las pasiones proactivas son las que nosotros mismos generamos al ilusionarnos por la consecución de nuestros propios deseos de avance y mejora en la vida, siempre personales e intransferibles y por tanto, siempre garantes de la conservación de esa energía generada.

Hoy en día, cuanto tanto se habla de eficiencia energética, nos olvidamos de fomentar esa que más nos interesa y beneficia: la energía vital que generamos al ser protagonistas de nuestra propia vida y que nunca encontraremos ni en la mejor de las finales de la Champions League….

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

“Una Imagen vale mas que Mil Palabras”

En mi querida actividad profesional siempre visto con traje de chaqueta, camisa blanca y corbata. En invierno y también en verano, pese a residir en Valencia.

Sin duda preferiría, por comodidad, llevar algo que fuera más de sport como así lo hacen muchos de mis colegas de profesión pues se está extendiendo, en lo que a la apariencia se refiere, una imagen del Coach en España cercana al “casual friday” (americana con pantalones “chinos” y sin corbata), sobre todo en los polos de mayor desarrollo de esta disciplina como son Madrid y Barcelona.

Entonces, ¿porque me someto a la tortura diaria del centenario uniforme decimonónico con soga al cuello?. Sencillamente porque, ¡Una Imagen vale más que Mil Palabras!.

En toda profesión hay que trasladar a los demás una información de seriedad y competencia y el aspecto exterior (otros detalles, sin duda también) habla mucho de ello. No todos los trabajos requieren el mismo “look”. Los hay en los que una indumentaria excesivamente formal puede ser paradójica y en ocasiones contraproducente (agricultura, construcción, bellas artes, etc.), dependiendo siempre nuestra elección de la vestimenta habitual de nuestros interlocutores.

En la ya varias veces citada aquí película “12 Hombres sin Piedad” que apoya mi Taller de Liderazgo esto se aprecia con gran claridad, pues parte de la riquísima caracterización de los personajes se ampara en las tipologías de sus trajes (estamos en los años ´50 y entonces todos vestían así) y sobre todo en el mantenimiento de la americana puesta por algunos de ellos que, en un ambiente de sofocante calor, se manifiesta como signo de integridad, competencia y convicción en sus planteamientos.

Yo soy Business Coach, por lo que trabajo habitualmente con empresas y como el Coaching es todavía una disciplina poco conocida en España (sobre todo fuera de las dos grandes capitales financieras), presentándome de una manera más formal me ahorro muchas más argumentaciones sobre la competencia de mis propuestas y la calidad y seriedad de mis servicios, obteniendo un retorno de la inversión.

Cuesta llevar la corbata, pero cuesta mucho mas convencer sin ella…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

El Temperamento y el Carácter

Temperamento y caracter

Qué equivocados estamos cuando, habitualmente, culpamos a la imposibilidad de cambiar nuestro Carácter como la responsable de aquellos pequeños errores y fracasos que acontecen en nuestro periplo vital. No somos conscientes de que hay otro actor de la personalidad al que también debemos conocer, para que nuestras actuaciones se puedan mejor valorar. Se llama Temperamento y este sí es estructural.

Sin pretender profundizar en los innumerables estudios psicológicos publicados sobre el Temperamento y el Carácter, hay dos sencillas definiciones que me gustaría apuntar:

Temperamento: Conjunto de las inclinaciones íntimas que brotan de la constitución fisiológica de los individuos.

Carácter: Conjunto de las disposiciones psicológicas que nacen del temperamento, modificado por la educación y el trabajo de la voluntad y consolidado por el hábito.

Por tanto, podemos apreciar que el Temperamento tiene mucho que ver con lo genético, pues se basa en la fisiología mientras que el Carácter con lo psicológico al vincularse a la disponibilidad. Y aquí es donde aparece la gran paradoja a la que todos nos enfrentamos tantas veces en nuestra vida: siéndolo el Temperamento, creemos que es el Carácter lo que no se puede modificar.

Ampararnos en la invariabilidad de nuestro Carácter es la mejor fórmula para no esforzarnos en mejorar. El Carácter sí podemos cambiarlo y si no, solo tenemos que recordar los cambios que producen en nuestro Carácter un par de cervezas y no más.

La mayoría de los rasgos que son determinantes para navegar mejor por la vida (escuchar activamente, ser positivo, empatizar, ser puntual, orientarse hacia los demás, ser comprensivo, planificar, etc.) no son de Temperamento, sino de Carácter y por tanto modificables por la educación, la voluntad y el hábito, según la definición anterior nos viene a indicar.

Por consiguiente, no conviene confundir Temperamento con Carácter y todo un mundo de posibilidades de mejora se abrirán…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro