Las Fallas y los Fallos

Cuanto puede variar el significado de una palabra si cambiamos una sola letra (“Fallas”, “Fallos”, “Fullas”, “Fillas”, “Fo…”).

Efectivamente, nuestro lenguaje es tan rico que permite múltiples combinaciones de letras sin cambiar mucho la fonética de las palabras.

El camino entre la descripción de las fiestas populares más famosas de España (“Fallas”) y los errores cometidos (“Fallos”) es tan corto que solo requiere modificar una letra.

El camino entre tu Situación Actual y tu Situación Deseada en la vida profesional y personal no es más largo que el anterior.

Normalmente nos enfrentamos a nuestros retos de mejora como los maratonianos lo hacen ante su próxima carrera, lo que nos genera una profunda sensación de agobio por el gran esfuerzo que nos espera, optando en muchas ocasiones por el abandono antes del comienzo mismo.

Esto no tiene mucho sentido pues, generalmente, no debemos cambiar tanto nuestros comportamientos como suponemos para alcanzar nuestras metas.

Es una realidad contrastada que las personas que dicen alcanzar frecuentemente sus objetivos no han seguido un proceso de cambio drástico en su personalidad, sino más bien han adecuado algunos comportamientos a las nuevas situaciones requeridas.

Es todo mucho más fácil de lo que parece, si somos capaces de identificar que debemos cambiar para no confundir Fallas con Fallos…

 

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡Tomar decisiones!

Primera situación: es domingo y terminas de comer. Casi sin saber el por qué, te diriges automáticamente al sofá y enciendes el televisor. Luego, miras la hora y ya son la 8. ¡Maldita sea!, he perdido toda la tarde.

Segunda situación: es domingo y terminas de comer. La semana laboral ha sido durísima y encima ayer sábado tuviste un contratiempo con el coche que te crispo los nervios. Decides relajarte y tumbarte en el sofá a ver la tele. Más tarde, miras la hora y ya son la 8 de la tarde. ¡Perfecto!, he recuperado el sosiego perdido.

En los dos casos has hecho lo mismo, pero con una gran diferencia: en el primero te has dejado llevar por las circunstancias y en el segundo has decidido.

El secreto del aprovechamiento de la vida está en sentirse más causa que efecto y para ello hay que… ¡Tomar decisiones!.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

La Planificación Creativa

El Programa de Coaching de Alto Rendimiento Profesional (“ABC-Personas”) que actualmente desarrollo en Alonso-BUSINESS COACHING basa su efectividad en la aplicación del COACHING como sistema de mejora de resultados.

El método se fundamenta en la identificación de las Áreas de Mejora de cada participante y la determinación y puesta en acción de las actuaciones necesarias para contribuir a esas mejoras.

Todo siempre a partir de las soluciones generadas por cada uno de los implicados, que sustituyen a cualquier otro tipo de normas facilitadas exteriormente.

Como herramienta de apoyo en todo el proceso se propone la Planificación Creativa que se apoya en tres conceptos básicos:

      • El establecimiento de Objetivos.
      • La determinación de las Acciones a desarrollar para alcanzar los Objetivos.
      • La fijación de Fechas Límite en cada Acción a desarrollar.

1- OBJETIVOS

“Si no sabemos hacia dónde vamos, es posible que terminemos en otro sitio”. Esta máxima nos ratifica en la necesidad de fijar destinos para poder iniciar nuestros pasos con algún sentido.

La planificación de Objetivos debe ser “implosiva”, es decir, debe transitar desde lo general a lo particular. De esta forma se proponen tres niveles y en este orden en la determinación de Objetivos:

      • Objetivos Quinquenales: Aquellos que afectan a los próximos 5 años de nuestra vida.
      • Objetivos Anuales: Los circunscritos a un año de nuestra vida.
      • Objetivos Mensuales: Los propios de cada mes.

2- ACCIONES

Para alcanzar todo Objetivo es necesario realizar una serie de Acciones, tal y como para subir un piso es conveniente ascender peldaño a peldaño una escalera.

Por tanto, cada Objetivo complejo habrá que fraccionarlo en una serie de Acciones que determinen un Plan de Acción.

3- FECHAS LÍMITE

Toda Acción pierde su naturaleza efectiva si su realización no queda fijada por una Fecha Límite.

Las Fechas Límite conforman nuestro calendario, nos animan a ejecutar las tareas en el tiempo previsto y contribuyen a acercar más nuestros deseos.

4- CIERRE DEL DÍA Y PLANIFICACIÓN DEL DÍA SIGUIENTE

Como apoyo de la Planificación Creativa se propone el Hábito del Cierre del Día, que dividiremos en tres conceptos: Cierre Cuantitativo, Cierre Cualitativo y Planificación del día siguiente.

A- Cierre Cuantitativo

Determinación del cumplimiento de Imperativo/Importante del día.

Cada día debemos prever la carga de Tareas que “debemos” y “podemos” realizar, dividiendo las principales en dos categorías:

          • Imperativas: Aquellas que, de no efectuarse, nos generan una pérdida.
          • Importantes: Las que, siendo importantes, si no las hacemos mañana no generan una pérdida, pudiéndolas posponer para otro día.

El seguimiento, al finalizar el día, de su cumplimiento nos entrenará en la medición de nuestras fuerzas y nos trasladará un sentimiento de éxito diario.

B- Cierre Cualitativo

Se compone de dos tipos de revisiones:

a- Logros/Errores de hoy

Al finalizar la jornada es muy conveniente determinar qué aspectos de la gestión han sido especialmente positivos (Logros) y cuáles han de mejorarse en próximas ocasiones (Errores).

b- Hábitos

Los Hábitos se incorporan a la costumbre “persiguiéndolos”. Es decir, poniéndolos en práctica continuadamente y sin fallo.

Si somos capaces de chequear el cumplimiento continuado y sin fallo de un Hábito durante 30 periodicidades, ese Hábito quedará registrado para siempre en nuestra costumbre.

C- Planificación del día siguiente

Se obtiene a partir de dos fuentes de consulta:

          • La Planificación Mensual, que nos determinará que Tareas habíamos asignado para mañana cuando planificamos el mes actual.
          • Los resultados obtenidos del Imperativo/Importante de hoy, que generarán nuevas Tareas para mañana en función del cumplimiento registrado en el día de hoy.

5- TAREAS REPETITIVAS

Lo que no sabemos qué se va a producir no lo podemos planificar. Pero, en cambio, aquello que si es previsible lo podemos incorporar a nuestro calendario.

Las Tareas Repetitivas son Tareas ciertas en nuestra vida que tienen una periodicidad establecida. Su identificación y calendarización nos ayudará a completar la Planificación Creativa.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

El Plan de Pensiones Físico

Plan de pensiones fisico

Los que ya estamos instalados en la cuarentena de nuestra vida sabemos lo recomendable de crearse un plan de pensiones que complemente económicamente las prestaciones de jubilación pública, cuando accedamos a ella.

En definitiva, aceptamos sacrificar renta disponible actual por futura al ahorrar para un plan de pensiones, considerando que este esfuerzo se encamina hacia la obtención de un bienestar futuro.

Además, el nivel de desarrollo socioeconómico actual está permitiendo que nuestra esperanza de vida se alargue hasta edades inimaginables años atrás: cuando los cuarentones de hoy tengamos más de sesenta años, todavía nos quedarán otros veinte o treinta de expectativa vital asegurada.

Pues bien, ¿cómo nos gustaría vivir esos años? Pues seguro que con una cobertura económica que permita disfrutar sin apreturas de un merecido retiro.

Pero, ¿de qué valdría esa disponibilidad económica si nuestra salud no nos acompaña entonces? Cuantos viajes, excursiones, desplazamientos y actividades varias con nuestros seres queridos no podremos emprender si el deterioro físico ya se ha apoderado de nosotros y nos tiene limitada nuestra capacidad de actuación.

Por tanto, al igual que todos buscamos preservar nuestra seguridad económica para un futuro, yo recomiendo también asegurar la salud abriendo un Plan de Pensiones Físico, cuyos componentes no será necesario explicar (ejercico continuado, alimentación equilibrada y descanso reparador).

El Plan de Pensiones Físico, en su vertiente de ejercicio, tiene las mismas características que el económico…

–      Hay que renunciar a algo de ahora por algo de luego, es decir, destinar tiempo actual al ejercicio físico para ralentizar el proceso de envejecimiento.

–      Hay que asumir el esfuerzo que ello supone.

–      Hay que comenzar ahora pues, de aplazarlo para el momento de la jubilación, no habrá rentabilidad suficiente sobre esfuerzo realizado.

–      Hay que elegir el mejor rendimiento para el esfuerzo, seleccionado el tipo de ejercicio que se ajusta mejor a cada idiosincrasia.

–      Hay que dejarse asesorar por especialistas acreditados.

…pero una distinta y muy ventajosa…

–      Además el esfuerzo actual repercute positivamente en la vida presente al mejorar el estado de salud general, sin duda, plataforma de despegue del resto de aspectos de la vida que importan y hay que mejorar.

¡Comienza ya…!

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

La Auto-confianza y Bibiana Aido

Todos sabemos de la importancia de tener Auto-confianza para caminar seguros por la vida, pero que pocos verdaderamente la desarrollan con aprovechamiento.

La Auto-confianza no es más que esa base interior que nos permite afrontar las situaciones cotidianas con la firmeza de quien sabe la solución del problema, pero sin saberlo.

La Auto-confianza se manifiesta externamente de múltiples maneras, pero una de ellas y muy evidente es en nuestra forma de expresarnos verbalmente. ¿Verdad que cuando dominamos un tema y nos sentimos seguros en su tratamiento, hablamos como si fuéramos un personaje de película (¡siempre hablan con toda la Auto-confianza del mundo!).

Por tanto el conocimiento de una materia nos genera la Auto-confianza, lo que nos asegura enfrentarnos a los demás sin miedo al ridículo. Cuando somos capaces de re-procesar nuestros pensamientos los perfilamos mejor, “sabiendo” más de ellos y no dudando en su forma de exponerlos y defenderlos en público.

No obstante, todo esto no es necesario si nuestros interlocutores sabemos que nunca nos van a contradecir en nuestros planteamientos y siempre van aceptar lo que les digamos. Esto es lo que les ocurre a los altos directivos de las empresas públicas y privadas, cuya palabra suele ser ley (conozcan o no del tema) y de ahí la Auto-confianza generada a partir del cargo desempeñado.

Para ejemplo basta con recordar cómo, hace unos meses, hablaba la Ministra de Igualdad Bibiana Aido y como se expresa ahora.

¿Será porque ya ha aprendido ser ministra…?.

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡30 años corriendo!

Pongo el dedo en el botón del timbre de mi casa y aprieto con suavidad.

Miro al suelo mientras espero que me abran y el recuerdo de lo sucedido me llena de una extraña sensación difícil de explicar. Sensación que debo compartir con algo más que un cansancio agotador.

Ocho días atrás llegaba a Segovia entre ilusionado y comprometido a desafiar la resistencia de mis piernas y mi corazón. Agosto del 2.006 y 30 aniversario como corredor aficionado. Había que celebrarlo con un reto a la altura del cumpleaños y de mi espíritu batallador. La decisión la tomé en Junio, cuando me propuse correr Segovia-Navacerrada-Segovia (60 kms. con un desnivel total de 1.800 mts.), solo y sin apoyo.

Cuando era pequeño y me llevaban en nuestro Simca 1.000, siempre me pareció todo un triunfo para ese coche ascender por aquellas desafiantes rampas que coleccionaban en sus arcenes vehículos detenidos a la espera de un reparador descanso térmico. Eran los años sesenta.

Tras dos meses de entrenamiento veraniego intenso en el infierno caluroso y húmedo de Valencia, mis primeros días en Segovia estuvieron marcados por la inseguridad de conseguir el reto. A las 8:15 h., después de un copioso desayuno de hidratos, todos los días enfilaba las cuestas de Zamarramala que me regalaban una de las mejores vistas de la ermita templaria de la Vera Cruz. Luego hasta La Lastrilla para volver por San Lorenzo a llegar a la Alameda. Unos duros 14 kms. de acostumbramiento a la altura y a los desniveles propios de la meseta castellana. Después, algunos ejercicios de estiramiento y abdominales compartiendo la mañana con los patos del rio Eresma.

Todo fue desarrollándose según la planificación elegida hasta el último día de entrenamiento cuando, finalizando ya, un terrible pinchazo en los gemelos de mi pierna izquierda me recordó la corta distancia que algunas veces media entre lo óptimo y lo peor (como si de una rueda pasada de rosca se tratase). Sin otro remedio, había que retrasar la prueba un par de días para tratar de mejorar la situación con algo de descanso.

Por fin llegó el día: martes, 8 de Agosto de 2.006. Son las 8:15 y abro la puerta de mi casa con la seguridad de que me esperaran varias horas de martirio, el temor de no estar curado y la esperanza de poder regresar por mis propios medios al punto de partida. En estas condiciones, por lo menos pretendo asegurar los 30 kms. de ascensión continua hasta la estación de Navacerrada y luego ya veremos. Por tanto, ¡adelante!.

Salgo tranquilo e ilusionado, contándoles calladamente a las piedras milenarias que me encuentro por las calles de Segovia que los retos nos definen y sus logros nos redimen. Sin apenas cruzarme con nadie salgo del núcleo urbano y a los 20 min. ocurre lo que ni aquí quería nombrar: los gemelos se rebelan y me obligan a parar. En estos momentos todo se me viene abajo al considerar la más que probable opción de abandonar.

¿Qué hago?. Paro a ver y noto que me duele mucho. Desde luego, andando no puedo realizar la prueba pues tardaría demasiado tiempo. ¿Abandono?. No de momento, sigo un poco andando y pruebo a correr modificando algo el gesto de apoyo. Me duele menos y despacio, parece que aguanto. ¡Ánimo, solo quedan unos 55 kms.!. Sigo vacilante, física y mentalmente hasta que llego a La Granja de San Ildefonso.

Con prudencia acorto la extensión de mi zancada para minimizar al máximo el impacto de mis pisadas contra el suelo. Por ahora resisto. Bebo cada media hora agua isotónica y glucosa, que llevo en un cinturón de carrera que más parece una mochila de lo lleno que está.

Tras hora y media, se acercan los montes madereros de Valsaín con los aserraderos a ambos lados de la carretera, que ya comienza a endurecerse anunciando la llegada del puerto especial de 1ª Categoría de la Vuelta Ciclista a España. Pocos coches por ser Agosto y bastantes ciclistas emulando a Perico Delgado con el que compartí infancia durante aquellos largos veranos de vacaciones en Segovia. Me animo porque el dolor lo soporto.

Llego a Los Asientos y no pienso en lo que queda. Es la mejor terapia contra el sufrimiento. A los quince minutos ya estoy en La Boca del Asno. En otros quince llegaré al comienzo de las famosas “7 revueltas” del Puerto de Navacerrada, allí donde pone a prueba las piernas de los esforzados deportistas que se atreven a tutearlo. Todavía no hace mucho calor y ya comienzo con las pendientes de hasta el 18%. Me he bebido toda el agua y pido a unos operarios de la carretera que me ofrecen de una botella todavía con hielo. Bebo poco, por preservar el estómago y no dejarles sin refresco en su trabajo.

Centrado en los momentos de mayor esfuerzo, se hace difícil pensar cuando toda la sangre se dirige a mis piernas. Solo hay una sucesión de palabras que me repito constantemente: ¡Sigo, sigo, sigo!. ¡Arriba, arriba, arriba!.  Estoy a mitad del puerto y un ciclista me dice que ya nos veremos en la cumbre y le contesto muy convencido que yo seré quien le espere cuando llegue.

Sigo subiendo sin un solo metro de descanso. Mi pulsómetro no cesa de elevar el ritmo de revoluciones. Estoy en más de 150 y subiendo. A 2.000 mts. de altura la falta de oxigeno ya se nota y el corazón debe hacer horas extras para ganar lo mismo.

Salgo de las curvas cerradas (las revueltas) y ya diviso a lo lejos la cumbre, con el repetidor de Televisión Española y los telesillas. Quedarán unos 4 kms. también muy duros para coronar y se acrecientan mis ánimos de llegar. Luego ya veremos. Intento pensar en mis sensaciones corporales más que en la distancia que falta para llegar. ¡Adelante, adelante, adelante!. Cada zancada es un pequeño triunfo que me acerca a mi destino. Cada zancada es una menos que ya no volveré a trazar.

Cada vez más cerca y casi por sorpresa enfilo la última recta que lleva a la estación de esquí. ¿Por qué los últimos metros nunca duelen como los anteriores?. Sin duda la respuesta está más en nuestra cabeza que en las piernas. Por fin he llegado a la cumbre y no dejo de respirar aceleradamente. No estoy tan mal como preveía y esto me llena de estímulo para plantear la vuelta, pese a que mi amigo el ciclista ya estaba allí. Primer asalto conseguido.

Muevo los brazos y las piernas para relajar y sin perder tiempo entro en un bar a comprar una botella de 1,5 litros de agua que relleno con polvos de Isostar. Voy al aseo y pese a toda el agua bebida no evacuo casi nada. Me como 3 barritas energéticas y algunos sobres de glucosa y tras rellenar las botellitas que llevo en el cinturón, me lanzo con optimismo hacia abajo, de vuelta a Segovia.

Casi cuesta más esfuerzo correr en descenso que al revés. Los cuádriceps, no acostumbrados a un trabajo inverso al habitual, comienzan a dolerme y cada vez bebo agua con mayor asiduidad. Me paro en alguna fuente para no gastar toda la bebida isotónica que llevo. La sensación de cansancio es ya una realidad. Comienza a hacer calor y cada pisada en asfalto me sacude el cuerpo como un puñetazo. Miro el podómetro y me marca 38 kms. Acuerdo conmigo mismo aguantar corriendo hasta la maratón. Justo esa distancia (42,195 mts.) se cumple en La Pradera donde, desde una cabina, telefoneo a mi madre para tranquilizarla.

Todo va bien, dentro de lo asumible. Ya hay más de 30º de sol en la carretera y las piernas comienzan a delatar la presencia del ácido láctico que pincha como un cuchillo. Paro y ando. Corro y ando y cada vez corro menos y ando más. Llego nuevamente a La Granja y compro más agua. Casi me he comido todas las barras energéticas que llevaba y solo me queda algún sobre de glucosa.

Desde allí las rectas interminables que llevan a Segovia nunca acaban. Al terminar una comienza otra que, en la ida, no me parecieron tan largas. Bajo mi gorra y las gafas de sol intento pensar en que esto no va conmigo. Llevo unos 55 Kms. y ya puedo divisar la ciudad al fondo. ¿Hasta dónde llega el fondo?.

El final se hace raro, con una mezcla de sufrimiento insensibilizado por el vacío calórico y la alegría por la certeza de acabar una prueba que había comenzado con malos augurios. Ya estoy por las calles de Segovia. La gente me mira como si nada (¡solo llevo 59 Kms.!). Eso me llena de mayor satisfacción. El anonimato siempre guarda mejor el secreto de nuestras ilusiones.

Transitando por las calles por donde habitualmente entreno, ahora disfruto mucho más de la sensación de victoria sobre ellas. Curva aquí, repecho allá, algún que otro turista y aparezco en la plaza de San Esteban, a 50 metros de mi casa. Miro a mi alrededor y al cielo. ¡Lo he conseguido!.

Pongo el dedo en el botón del timbre de mi casa y aprieto con suavidad…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

La frivolidad y las redes sociales

La frivolidad es como esas comidas que te llenan mucho y a las dos horas ya tienes hambre.

Cuando conoces a una persona frívola, hasta que la descubres te deslumbra para luego dejarte un vacio que no admite reparación. La frivolidad es esa capacidad de algunas personas por mantenerse siempre en la superficialidad de los acontecimientos vitales, añadiendo un toque de pretendido elitismo a todas sus actuaciones.

Todos somos frívolos en algún momento de nuestras vidas, aunque la mayoría se da cuenta y retrocede, porque vivir con los pies en el aire no es nada práctico.

El fenomeno actual de las redes sociales es un gran generador de frivolidad al facilitar la construcción de falsas personalidades a la carta, amparadas siempre por el anonimato de las comunicaciones electrónicas y la predisposición que tienen los navegantes para creerlo todo.

Construir una personalidad falsa es gratis y en ocasiones hasta ventajoso, siempre que eludamos la responsabilidad de considerar a los demás como no merecedores del engaño y la burla. Ser frívolo en internet no es menor pecado que en la vida real, porque siempre hay alguien tras sus palabras que optó por la sinceridad…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

Los imprevistos reales e irreales

Esta tarde tenía una sesión de Coaching con un cliente (Gerente de una conocida empresa valenciana) que ayer domingo me pidió aplazásemos pues su hija tuvo un percance, se rompió el codo y hoy la operan (le deseo lo mejor).

Sin duda, tanto para él como para mí, esto supone un imprevisto que nos ha obligado a modificar nuestras agendas apresuradamente para, en mi caso particular, buscar una alternativa de ocupación del tiempo eficiente. Supongo que él no tiene otra elección distinta a la de acudir al hospital.

Cuando aparece un imprevisto en nuestra cotidianeidad lo primero que deberíamos preguntarnos es su naturaleza: real o irreal.

Los imprevistos reales son aquellos cuya detección anticipada es imposible, como en el caso de mi Cliente, que de ningún modo podia presagiar el desagradable accidente de su hija. En estas situaciones, siempre debe imponerse la cordura y el sentido común para administrar las tareas que ya estaban programadas y que deben reconsiderarse con un nuevo ejercicio de priorización.

Pero existe otro tipo de imprevistos llamados irreales que suelen ser anticipables y deben su causa a una falta de planificación.

Veamos un ejemplo: El Director General de una compañia valenciana debe acudir al aeropuerto de Madrid a las 14:00 h. para firmar un importante contrato con los representantes de una multinacional americana, que hacen una escala de dos horas en Barajas en su viaje desde Pekin hasta Nueva York. Calculando con holgura el tiempo de desplazamiento de Valencia a Madrid, nuestro DG se monta a primera hora de la mañana en su coche de gerencia y a mitad de camino debe detenerse por una inesperada avería mecánica. El problema es mas serio de lo común y la reparación no puede realizarse con tiempo suficiente para llegar a Madrid.

La sensación de gran contrariedad del DG al saberse impotente para llegar a tiempo para la firma del contrato puede ser pareja a su percepción de inevitabilidad del percance ocurrido, al considerar que se trató de un imprevisto.

Posiblemente sea así, pero que pensaríais si os dijera que el automóvil se estropeó porque nadie en la empresa del DG se preocupó de llevar el coche a las revisiones mecánicas preceptivas.

En este caso, ya no estaríamos ante un imprevisto real sinó ante uno ireal o por falta de planificación, que podría haberse evitado calendarizando las fechas de revisión.

Efectivamente, muchos de los imprevistos que nos sorprenden cotidinamente son evitables pues se deben a falta de planificación de nuestras tareas repetitivas y si no, pensad en los correcalles de última hora que todos los años protagonizamos para entregar la Declaración de Renta o para cumplimentar las felicitaciones a nuestros clientes por Navidad…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

La Pre-Disposición

Esta mañana de sábado, como tantos otros, he salido en moto con mi viejo grupo de amigos motoristas.

Las predicciones metereológicas indicaban que nos encontraríamos cielos nubosos pero sin riesgo de lluvia. Nada mas salir de Valencia, el diluvio y a detenernos de inmediato en una gasolinera para decidir si continuar o no.

No es la primera vez que nos encontramos conduciendo bajo la lluvia en ruta, pero nuestra forma de afrontar esta dificultad siempre es muy diferente en función de haber contado con esa posibilidad antes de salir o no.

Hoy hemos decidido volver a Valencia porque nuestra predisposición no era la adecuada para esta situación, tras una semana de radiante sol primaveral.

La “Pre-Disposición” no es más que la actitud que, en ocasiones, previamente adoptamos para afrontar una situación. Lo importante de la predisposición es que debemos generarla con anterioridad al hecho que tenemos que abordar. De no ser así, solo se trataría de “disposición”, cuya efectividad ante la dificultad siempre es menor pues crea desconcierto y obliga a la improvisación.

Para todo, pero sobretodo en aquellas circunstancias de la vida que puedan suponer una mayor dificultad de resolución, yo recomiendo crear siempre una “pre-disposición” positiva como mejor gestor de la situación y garante del éxito final.

Con predisposición, hoy hubieramos continuado hasta el destino fijado: una deliciosa paella en Parcent, que dejaremos para la semana que viene…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro

¡Convierte tus Deseos en Objetivos!

Esta tarde, impartiendo mi Taller “12 Hombres sin Piedad: Las Claves del Liderazgo” a los alumnos del MBA de ESIC, hemos debatido sobre la conveniencia de fijarse Objetivos (profesionales y personales) como condición impresindible para así poder llegar más rápidamente a aquello que queremos alcanzar o a lo que nos gustaría ser.

Y al hablar de “Objetivos” me estoy refieriendo a los “Deseos” puestos por escrito, pues todos sabemos que a nadie le faltan los Deseos pero todos desconocemos cúales son nuestros Objetivos.

La necesidad de escribir nuestros Deseos estriba en la obligatoriedad de concretarlos para poder hacerlos realidad. Los Deseos suelen corresponder a manifestaciones mentales de anhelos que, en la mayoría de los casos, poco tienen de concretos. La dificultad de llevar a cabo algo inconcreto es lo que nos recomienda especificarlo y no hay mejor herramienta de perfilado que la escritura, pues nos obliga a poner en forma de código específico lo que no lo es tanto dentro de nuestra mente.

Efectivamente, la escritura nos conduce a re-pensar aquello que en nuestra mente flota de una manera caprichosa y convertirlo en una posibilidad. Además, la escritura nos compromete con nosotros mismos y ejerce de testigo mudo de nuestros intereses, recordandonos sin descanso el destino que hemos elegido…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro